viernes, 9 de noviembre de 2007

MÁS TERRORISTAS QUE CIUDADANOS

Cuando, en una crisis de patriotismo delirante, George Bush declaró la guerra a nadie y al mundo entero como represalia por el atentado de las Torres Gemelas, ya sabíamos que en breve íbamos a ser testigos de muchas cosas raras. En ese entonces aún no se sabía oficialmente si detrás del ataque podía estar la mano de Bin Laden, de Sadam Husein o de Luis Candelas, porque medio mundo tenía motivos sobrados para atentar contra los Estados Unidos aunque los estadounidenses se preguntaran ingenuamente por qué alguien podía quererles tan mal.

A partir de esa declaración lunática de guerra abierta contra el terrorismo, hay más terroristas que nunca. Todos los que se enfrentan a los Estados Unidos de América, sean paramilitares perdidos en las selvas centroamericanas, grupos de fanáticos religiosos, ejércitos autoproclamados de liberación nacional o incluso partidos políticos elegidos democráticamente, han pasado a ser incluidos en las listas de las organizaciones terroristas.

Quizás por pertenecer a una generación ya un tanto caduca, sigo viendo a los terroristas como unos extremistas políticos o religiosos que, organizados en grupos reducidos —por la evidente selección de candidatos que conlleva el fanatismo y, a la vez, para no ser detectados—, combaten a sus enemigos sembrando el terror. La definición no es muy precisa, de acuerdo, pero creo que ha quedado claro a qué me refiero.

El asunto está en que, hace unos días, los Estados Unidos de América declararon terroristas a los Pasdarán, los Guardianes de la Revolución iraní. Ese grupo integra un total de 125.000 militares —el grueso de las Fuerzas Armadas de Irán— a los que acusan de exportar armas de destrucción masiva a Irak (El País, 26 de octubre de 2007). Toma ya. ¡Ciento veinticinco mil tíos de un soplo! Y otra vez la excusa de las armas de destrucción masiva en boca del gobierno del único país del mundo que ha utilizado la bomba atómica. Hamás, por ejemplo, o el PKK kurdo, cuyos efectivos nadie conoce aunque deben ser más que muchos, también son terroristas a los ojos de los estadounidenses. En su lista sólo les falta la Guardia Suiza del Vaticano. Y es que no sé, pero si los Estados Unidos siguen diciendo que son terroristas todos aquellos que se les opongan, dentro de poco habrá en este mundo más terroristas que ciudadanos.

(La foto de arriba está extraída de img.timeinc.net)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Los estadounidenses siempre han hecho lo mismo, sus problemas particulares los convierten en problemas de la humanidad para conseguir adeptos a su causa y así de paso justificar cualquier acción injustificable. Cuando alguien les hace algo hacen mucho ruido y cuando ellos le hacen algo a alguien, callan como muertos o buscan excusas para las acciones que cometen. Como cuando se involucraron militarmente en la guerra de Vietnam. Solo necesitaban una excusa y la encontraron fácilmente, cuando dos destructores estadounidenses fueron atacados por lanchas vietnamitas. Dieron sensacionalismo a la noticia y así consiguieron el apoyo necesario para meterse en el fregao. El conflicto bélico había comenzado unos años antes gracias, en parte, al apoyo que mostró el gobierno de Estados Unidos al régimen totalitarista y dictatorial de Vietnam del Sur pero hasta que no les tocaron a un puñado de los suyos, no hicieron nada. Solo necesitaban una excusa para tener las espaldas bien cubiertas. –“nos han atacado dos destructores”. Si, pero que puñetas hacían sus destructores en aguas vietnamitas.
Sin embargo han conseguido lo que buscaban, la gente de la calle ve a los Estados Unidos como unas pobres víctimas de la guerra de Vietnam y creen que se involucraron en esa guerra por que son una especie de altruistas salvadores del mundo y que lo hicieron para ayudar a un país que estaba siendo injustamente aniquilado.

Anónimo dijo...

Es la doble moral: si eres ciudadano de los USA, disfrutas de un conjunto de derechos modélico y envidiable; si no tienes la suerte de serlo, pues la cosa se pone fea, no vales una mierda.

Ahí está Guantánamo, una auténtica vergüenza para la historia de la infamia. Resulta que como sus leyes les impiden hacer ciertas cosas en su territorio, pues sacan la cárcel a otro país y santas pascuas. Es decir: el resto del mundo somos una especie de basurero legal.

Y aparece una tercera categoría, la de terroristas. Resumiendo: ciudadanos merecedores de dercechos constitucionales y protección legal, no-ciudadanos con derecho a vivir y poco más, y presuntos terrroristas con derecho a que te metan un misil por el culo si es preciso. Y el problema es que la categoría a la que perteneces no la decide un juez sino un militar. Da po.

Yo creo que los Estados Unidos son un gran país que por alguna razón incomprensible se comporta hacia el exterior de una manera bastante miserable.

Anónimo dijo...

Yo si creo comprender la razón por la que los Estados Unidos se comporta hacia el exterior de una manera bastante miserable. Ellos ven el mundo como un gran mercado y su país como la mejor empresa que tiene que competir en él y para ello ejercen un capitalismo no ético.
Buscan el poder social y económico y la mejor posición en "ese mercado".

Anónimo dijo...

Y tienes razón, Moncho, lo de Guantánamo, vaya tela. Ha sido el colmo de la hipocresía.