jueves, 22 de noviembre de 2007

INCREÍBLE: UN OBISPO PIDE PERDÓN


La Tierra da vueltas alrededor del Sol. Toma ya. El 31 de octubre de 1992, Su Santidad Juan Pablo II absolvió y rehabilitó a Galileo Galilei, que fue quien lo dijo en 1632, y desde entonces podemos afirmarlo sin temor a que Pedro Botero nos cueza en sus calderas. Quizás dentro de otros tres siglos haya otro Papa que absuelva a las mujeres que hoy en día deciden abortar o a los que usan condones para no contagiarse de enfermedades mortales. La Iglesia rectifica de vez en cuando. Muy de vez en cuando, pero lo hace. Por el momento, ya digo, desde hace nada menos que quince años podemos decir que la Tierra da vueltas. Y eso es muchísimo si tenemos en cuenta los tiempos que corren.

El otro día, hablando de la beatificación masiva de religiosos franquistas que tuvo lugar en El Vaticano, Eliseo Bayo me dijo que esas cosas no le ofenden porque cada cual tiene derecho a enterrar a sus muertos. Desde luego, tenía razón. Pero la Iglesia siempre pretende hablar en nombre de todos y, sin embargo, cuando ha de premiar u otorgar distinciones, sólo recuerda a los suyos. Es muy raro que hable bien de quien no forme parte del clan o que pida perdón por atrocidades recién cometidas. Ha de pasar un tiempo para que lo asimile y decida que debe disculparse. Y suele ser demasiado tiempo.

No obstante, a veces todo eso falla. El obispo Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal, ha pedido perdón, si bien tímidamente, por lo que hizo o pudo hacer la Iglesia durante la última guerra civil española. Eso está bien. De hecho está muy bien. Aunque, como es tradición, inmediatamente han surgido las reacciones. El arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, no ha tardado ni un desayuno en decir que las palabras de Blázquez reflejan tan sólo una opinión personal y que no son, por supuesto, algo programático para la Iglesia. Creo que está claro. Aunque Ricardo Blázquez haya pedido perdón, la Iglesia no lo ha hecho, no tiene intención de hacerlo y ni si quiera lo hará, probablemente, hasta dentro de dos siglos y medio, que es cuando toca.

Sucede algo parecido con un par de curas de tropa que se creyeron no sé qué mensaje de hace dos mil años y hacen lo posible por echar una mano a los más desfavorecidos. Están en la parroquia de Entrevías también llamada San Carlos Borromeo, aunque no sé si ahora puede llamarse parroquia o debe llamarse otra cosa. La maquinaria de la Iglesia, por medio de su portavoz el cardenal Rouco Varela, ha intentando por todos los medios que los de Entrevías olviden la neura de ayudar a los pobres y vuelvan al redil. Por ahora no lo ha conseguido y la parroquia resiste. Los que, como Buñuel, somos ateos gracias a Dios, agradecemos que haya quien sepa enfrentarse al arsenal vaticano desde el interior y que, además, lo haga con buenas palabras y aún mejores comportamientos.

(Este artículo ha sido enviado a la parroquia de San Carlos Borromeo para darles apoyo)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Redondo este artículo, César.
Si, creo que ahora ya no es una parroquia, es un "centro pastoral".
Es increíble la facilidad con la que la Iglesia se adapta a los tiempos modernos y deja sus recalcitrantes arcaismos en algunas cosas como el léxico, por ejemplo.
Hay que ver como le cuesta con otras.

Anónimo dijo...

Yo, gracias a Dios, soy creyente. Por eso siento pena cuando veo que la Iglesia no hace las cosas como debiera. La verdad es que tienes razón en todo lo que dices. Vaya mi apoyo para los curas de Entrevías

Anónimo dijo...

lo pornográfico del asunto es que a estas alturas pretendan que no se nos parta la caja al ver su campaña de racaudación en anuncios televisivos. "Danos tu pasta para ayudar a otros" dicen.

Cuantos siglos tardarán en aceptar que han estado haciendo el ridículo... (por llamarlo de algún modo).

Anónimo dijo...

papa dimisión.

Anónimo dijo...

Podríamos mandar al papa con la ministra a saturno.

Anónimo dijo...

Muy bien Fernando estoy contigo por cierto dame de una vez tu mail hombre que llevo ya , yo que se el tiempo pidiendoteló.
mike