11-M: LAS SECUELAS DE LA SENTENCIA Debe ser muy duro reconocer que se ha defendido una mentira durante tres años a capa y espada. Debe ser más duro todavía saber que esa mentira insulta a la razón, a la justicia y a la memoria de muchísimas personas afectadas por el más brutal atentado terrorista que haya visto este país. Y a mi juicio es inhumano mantener esa mentira con el único objeto de conservar una parte del electorado.
La cara dura de Rajoy diciendo que los terroristas fueron detenidos gracias al Partido Popular porque aún estaba en el gobierno cuando se produjo la matanza es intolerable. Los que disponemos de memoria sabemos que los terroristas fueron detenidos pese al Partido Popular, que hizo lo posible para desviar la atención de todo el mundo —policías e investigadores incluidos— hacia una pista falsa. A modo de remate, en seguida le apoyaron algunos medios de información como la COPE —la radio de la Iglesia— y el periódico El Mundo. Las bombas explotaron como consecuencia de nuestra participación en la guerra de Irak. Eso no se le escapa ni a Zaplana, aunque se empeñe en decir lo contrario.
Curiosamente, el discurso de Mariano Rajoy tras la lectura de la sentencia y el editorial del periódico El Mundo del primer día de noviembre coinciden en algunos puntos. A causa de la vergüenza que aún debe quedarles —y eso es un suponer—, ambos bajan ligeramente la cabeza. Pero luego vuelven a la carga diciendo que no todo está dicho y que la Justicia no ha sabido localizar a los autores intelectuales. Bueno, y qué. Tal vez los autores intelectuales estén entre los procesados y la Justicia no haya podido obtener pruebas suficientes para acusarles. O tal vez los autores intelectuales estén actualmente con las huríes a causa de haber volado por los aires cuando el asunto de la explosión de Leganés. En cualquier caso, sugerir que quedan cabos sueltos en la investigación es propio de gente sin escrúpulos. Desde el principio era evidente que la pretendida alianza de islamistas y etarras era una maniobra —bastante burda y forzada, además— para despistar la perdiz. Un grupo religioso radical y otro de base marxista no podrían ponerse de acuerdo ni para ir a merendar. Es imposible. Por otra parte, ¿para qué iban a ponerse de acuerdo la ETA y los muyahidines de Al Qaeda? ¿Para causar una catástrofe? Ya ha quedado demostrado en unas cuantas ocasiones que cada cual por separado es capaz de eso y mucho más. Y además el terrorismo no es un único fenómeno con ramificaciones como pretenden dar a entender los dirigentes del Partido Popular. Los grupos terroristas tienen puntos de partida, teorías y objetivos muy distintos y, por lo tanto, no tienen por qué tener conexiones ni mantener relaciones de ningún tipo.
Sea como sea, Zaplana, Rajoy, El Mundo y cuantos han dado crédito a la supuesta participación de la ETA en la masacre del 11-M, si bien de un modo menos arrogante, insisten en seguir pidiendo melones al cerezo. Acebes no. Hace pocos días desmintió que su partido sea responsable o haya dado alas a la teoría de la conspiración. Entonces quizás no hablase en nombre del Partido Popular cuando, el mismo día del atentado y como ministro del Interior del gobierno de Aznar, apareció en la televisión y tildó de «miserables» a quienes pusieran en duda la autoría de ETA.
PD: Quien quiera conocer todo este asunto al detalle y con buen humor, puede visitar el blog:
http://genoveses.blogspot.com/
(El título del libro de arriba, escrito por el director del periódico El Mundo, me ha llamado poderosamente la atención)
No hay comentarios:
Publicar un comentario