viernes, 24 de junio de 2011

El cine español: niños currantes sin opción a los Goya


Los miembros de la Academia del cine español, tan chulos ellos, tan creídos, tan encerrados en sí mismos de tal forma que nadie, sino ellos, puede hacer cine en este país, han decidido que en adelante no puedan recibir ningún premio Goya los menores de 16 años. O sea que los niños pueden currar como cabrones haciendo películas (cosa que no entiendo, tratándose de menores de edad), pueden colaborar y a veces conseguir que una película gane un Goya, pero ellos no pueden acceder a las estatuillas. ¿La razón? Al recibir un premio Goya pasan a ser miembros activos de la Academia, y eso conlleva unas responsabilidades que no deben ni pueden asumir a causa de su corta edad. Toma ya. Es la excusa más tonta que he oído en años. Yo creo que debe ser porque los 24 cineastas adultos españoles, entre actores, directores y demás, tienen miedo de que los niños acaparen los premios y no puedan repartírselos entre ellos como hacen cada año en esas galas insufribles que no tienen reparo en televisar.

(La imagen está extraída de que.es)

martes, 21 de junio de 2011

La democracia real


Desde que comenzó la agitación de los indignados del 15-M se habla, y mucho, de democracia real, pero nadie da una definición ni siquiera aproximada de lo que puede ser tal cosa. Desde luego, la democracia no consiste solo, como pretenden los políticos, en la posibilidad de alternancia de los diferentes partidos mediante el voto de los ciudadanos. Con eso no basta.

En su artículo Ocho preguntas sobre la democracia, publicado en la revista Claves de Razón Práctica, Roberto Toscano dice: La democracia llega después del derecho, no al revés. Muy al contrario de lo que piensa la mayoría de los ciudadanos de Estados Unidos y de buena parte de los europeos, la implantación de la democracia, por sí misma, no implica necesariamente el final de gobiernos corruptos o de situaciones económicas y sociales caóticas. Ahí tenemos los dos ejemplos más claros de este decenio: en Irak y Afganistán, donde se impuso la democracia desde la entrada en escena de las tropas occidentales, hay atentados a diario y los derechos humanos no han avanzado ni un solo paso. Remata Toscanmo: El imperio de la ley antes de la democracia abre el camino a la democracia. La democracia antes del imperio de la ley es un fraude.

O lo que es lo mismo: la mera posibilidad de elegir democráticamente a los gobernantes mediante el voto no significa nada. Nada de nada.

Es significativo que en un país como España, donde la democracia impera desde hace ya un buen montón de años, tengan que salir los ciudadanos a la calle para exigir derechos; o dicho de otra manera, algo que llaman democracia real. Yo tampoco tengo la clave de todo esto, pero sospecho que, al pedir tal cosa, los ciudadanos están exigiendo más participación o, cuando menos, un poco más de atención a su sensibilidad y a sus expectativas por parte de los políticos. No por haber ganado las elecciones, un partido puede hacer lo que le venga en gana. Porque eso es lo que defienden los políticos de todos los colores y lo que han hecho desde siempre: si no os gusta quien manda, votad a otro. Y con eso se acaba todo, ¿no? Caen unos y suben otros… que son exactamente iguales, en el fondo, a los que había antes. Así todo queda en casa. En casa de los políticos, se entiende.

Democracia real. O sea, democracia con apellido. Necesitamos eso porque no nos basta con el nombre propio. Napoleón, Cleopatra, Satanás o Leonardo no necesitan apellidos porque, para bien o para mal, fueron suficientemente grandes. La democracia, sin duda, no lo es.

(El chiste de arriba es de Quino, claro)

domingo, 19 de junio de 2011

Izquierda Unida regala Extremadura a la derecha


Lo digo en serio. Lamento no tener carnet de Izquierda Unida. Lo digo para poder pegarle fuego. En esta democracia tan perfecta que tenemos, en la que muchas veces decide el partido menos votado, los comunistas de IU se han abstenido en el debate de investidura de la Comunidad de Extremadura y, de esa manera, han dado la presidencia al Partido Popular. O sea, a la derecha. Y luego se extrañan de que la gente salga a la calle.

(La foto está extraída de hoy.es)

sábado, 18 de junio de 2011

La responsabilidad de los políticos

Para nuestros políticos, probablemente, los revolucionarios rusos hicieron lo que hicieron porque eran unos buscabroncas, sin razón o causa alguna, así, por divertirse. Supongo que también deben pensar lo mismo de los revolucionarios franceses y de tantos otros. Y no es que yo pretenda comparar semejantes hechos históricos con los movimientos de protesta que están sacudiendo España últimamente, no. Sería una tontería. Pero es evidente que la formación de plataformas ciudadanas o de grupos reivindicativos obedece siempre a una razón poderosa.

Al margen de que el brote de violencia contra los políticos catalanes del otro día sea censurable, es significativo que ninguno de ellos, ninguno, haya entonado un tímido mea culpa o, por lo menos, haya asumido o se haya planteado públicamente su posible parte de responsabilidad en las causas que lo produjeron. No. No deben creer que los precedentes lleven al desarrollo de los acontecimientos. Lo único que han visto es que unos desarrapados violentaron su sacrosanta burbuja de seguridad.

Sin embargo, recortar los gastos en sanidad, en educación y en otros asuntos sociales, dejar a medio millón de familias en la calle por malas políticas económicas, retrasar las jubilaciones y otro montón de cosas que me callo, parecen, a mi juicio, suficientes razones para que la gente se cabree. ¿No hay ningún responsable de la situación actual del país? ¿Los políticos no son quienes manejan los hilos de la economía y de todo lo demás? Entonces, ¿por qué se extrañan tanto de que, como a cualquier otro trabajador, se les pidan cuentas de su gestión si las cosas llegan a los extremos a donde han llegado? ¿No era esa la forma? Evidentemente. Las reclamaciones –al menos, las de carácter violento- deberían haber ido en otra dirección. Pero ahí están y eso es lo que cuenta. No obstante, los políticos no ven nada. Creen que son intocables, como el Papa, que no tienen responsabilidad alguna en la mala marcha de todo.

Y como era de esperar, el president Artur Mas ha amenazado con duras represiones, justo lo contrario de lo que hay que hacer. En lugar de buscar la causa para erradicar el mal, bombardeamos la superficie. Incluso algún parlamentario catalán ha llegado a plantear los arrestos preventivos como medio de evitar futuras acciones violentas. Sería algo así como volver a implantar la Ley de vagos y maleantes franquista o la que llegó después, conocida como Ley de peligrosidad social.

Vamos mal, desde luego. Muy mal. Pero la arrogancia de nuestros políticos, su pretendida infalibilidad, su ignorancia de los problemas reales de la ciudadanía, su alejamiento de la realidad, hacen que todo esté mucho peor. La asunción de una mínima responsabilidad por parte de uno solo de los políticos, solo uno, habría bastado, con toda seguridad, para que este artículo tuviera un tono diferente. Aunque ya sé que eso es imposible.

jueves, 16 de junio de 2011

Los políticos se indignan


Tras el recibimiento que un gran número de ciudadanos les ha dado a la entrada de no sé dónde (insultos, empujones y algún escupitajo), los políticos catalanes se han indignado y han decidido acampar en la plaza Urquinaona de Barcelona para expresar su queja. "Con todo lo que hacemos por ellos y fíjense cómo nos lo pagan", ha declarado un conocido conseller. Quien quiera puede llevarles café y churros. A ser posible, sin partirse de risa.

(He extraído la imagen de publico.es)

miércoles, 15 de junio de 2011

La última carta del PSOE

Teniendo en cuenta el tiempo que queda para las próximas elecciones generales, a los socialistas solo les queda una carta, a mi entender, para tratar de continuar la partida. No para ganarla, sino para seguir ahí. Digámoslo claro: la gestión de gobierno de Zapatero ha sido nefasta. Poco a poco ha ido destruyendo sus propias propuestas de izquierdas (incluso las de carácter puramente simbólico, que eran casi todas, como la famosa Alianza de Las Civilizaciones, la paridad, el increíble Ministerio de Igualdad, etc.), para decantarse por actuaciones características históricamente de la derecha. La derecha es la derecha y ya sabemos quiénes son y cómo hacen las cosas. Pero, ¿y la izquierda? El último acto sonado, la limpieza brutal e incontestable del territorio para que Rubalcaba sea el próximo candidato a presidente del gobierno me ha hecho pensar, suponiendo que pudiese alzarse con el triunfo electoral, en un consejo de ministros vestidos con camisas pardas.

Pero vuelvo al principio. Desde mi punto de vista hay una cosa, y solo una, que tal vez podría devolver cierta confianza a los votantes del partido socialista. Se trata de una actuación que precisamente está ahora reivindicando, entre otras organizaciones cívicas, el movimiento del 15-M: hacer que las familias que se embarcaron en una hipoteca abusiva, engañadas por los bancos (que sin duda sabían cómo iba a terminar la aventura, asesorados por sus consejeros de riesgos), puedan cancelar su deuda con la mera devolución de la vivienda. A día de hoy, al no poder pagar las mensualidades se quedan sin casa y, además, deberán seguir pagando al banco, como sea, hasta el final. Y hay cientos de miles de personas en esa situación. Cientos de miles. De modo que el gobierno socialista de España está amparando la avaricia de los bancos, sigue conservando los privilegios de la Iglesia y envía a nuestro ejército a participar en guerras extranjeras mientras buena parte de su pueblo tiene que dormir en la calle. Los bancos, la Iglesia y el ejército. ¿A qué me suena eso?

Pues bien. La cancelación de la deuda de las hipotecas sería una medida social extraordinaria, admirable, histórica. Pero sería una medida de izquierdas, claro; y a ese juego no está dispuesto a jugar nuestro partido socialista.

lunes, 13 de junio de 2011

Harto de la cocina en la tele


Yo no sé si le sucede también al resto de los españoles, pero yo, por lo menos, estoy hasta los cataplines de tanto programa de cocina en la televisión. A cualquier hora del día (pero a cualquiera) hay, en alguna cadena, si no en dos o en tres o cuatro, uno de esos programas de pucheros y cacerolas de diseño. Y es que uno ya no sabe qué comer, leche, porque cada cual dice una cosa y lo que para un cocinero es un manjar excelente y necesario para una dieta sana y equilibrada, para otro es algo espeluznante que debería estar prohibido por las autoridades sanitarias. Los consejos llegan al ridículo. Hace unos días, una nutricionista, supongo que titulada en alguna otra materia, dijo que lo recomendable, respecto a las aceitunas, es comer siete piezas diarias. Siete. No seis ni ocho: siete. Y han de ser siete por no sé qué excesos del ácido oleico o algo así. O sea que el que tenga la costumbre de tomar una cañita y acompañarla de una tapa de aceitunas donde vayan más de siete, ya puede ir preparando el sepelio. Si esto sigue así, voy a volverme más loco de lo que estoy.

(La foto de las aceitunas está extraída de lasfrutas.es. Por cierto, en la imagen aparecen más de siete)

sábado, 11 de junio de 2011

Le llamaremos Bobby


El amigo Paco Cavero ha vuelto a hacer de las suyas y dentro de poco podremos ver su nuevo cortometraje. Se titula Le llamaremos Bobby, y va a ir hablándonos de él a través del blog que ha creado al efecto:

Le llamaremos Bobby

jueves, 9 de junio de 2011

Puig culpa a los acampados de la violencia policial


El conseller de Interior de Catalunya insiste en que su policía actuó de forma proporcionada contra los acampados en la plaza de Catalunya, en Barcelona, el pasado día 27. Y para colmo asegura que los acampados fueron los causantes de la represión. También había asegurado con anterioridad que avalaría sus palabras con fotografías y vídeos de las agresiones originadas por los indignados, pero nadie ha visto tal documentación gráfica por ninguna parte.

El asunto de los indignados me gustó al principio, me decepcionó muy pronto y, una vez pasadas las elecciones, deduje que no llegaría a ninguna parte y que se iría disolviendo lentamente. Al contrario que los de CIU, los políticos del PSOE y del PP supieron dejar de lado la cuestión y, así, salir del paso sin mancharse los zapatos. Sabían que el tiempo acabaría con la protesta sin su intervención. Esa intervención que el orgullo de CIU no supo evitar.

Hace muchos años, cuando Tolstói abogaba por una respuesta pacífica ante los abusos de los poderosos, Azorín le contestó: Buen conde…, nosotros no queremos ser sumisos, resignados, inactivos; lanzaremos nuestras ideas en pugna con todas las ideas; destruiremos la tiranía con la violencia; a los explotadores que nos oprimen, los derrocaremos brutalmente; las leyes que nos aprisionan y atosigan, las trituraremos con nuestro ímpetu salvaje. Somos innovadores y bárbaros; somos tempestuosos y audaces.

No pretendo con esto ponerme de parte de la violencia. Los de Tolstói y Azorín eran otros tiempos y yo, además, no soy violento. Sí un poco agresivo, lo reconozco, pero no es lo mismo. Y creo, sinceramente, que a este movimiento de indignados le ha hecho falta una pizca de agresividad. No se puede luchar sentado en el suelo y sin tener las cosas claras.

(La cita de Azorín está extraída del libro Lev Tolstói: aristócrata, cristiano y anarquista, escrito por Pepe Gutiérrez- Álvarez y editado por Los libros de la Frontera. La foto está extraída de smfdiario)