viernes, 28 de diciembre de 2007


LAS OPINIONES DEL OBISPO DE TENERIFE


A veces la gente desperdicia unas oportunidades extraordinarias para callarse. Es el caso de Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, quien, en una entrevista publicada en El País, ha llegado a equiparar la homosexualidad con la pederastia. Después ha rematado la faena diciendo que hay adolescentes de trece años que consienten las relaciones sexuales con adultos, que están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso, si te descuidas, te provocan. Apenas merece comentario, ¿verdad? Lo que a mí me extraña es: ¿Cómo sabe todo eso un obispo?


(La imagen de arriba está extraída de flickr.com)

miércoles, 26 de diciembre de 2007


DOS PUNTOS DE VISTA DE LO MISMO

Entre las dos fotografías anteriores median unos setenta años y, no obstante, reflejan la misma situación: son niños jugando. La foto en blanco y negro es de 1937, en plena Guerra Civil. La hizo el genial Centelles. La otra es de la agencia Reuters, y es una escena de Palestina, la tierra de ese otro niño al que medio mundo ha cantado villancicos estos días. En ambas fotos, los niños juegan a lo que vieron algún día, a lo que han visto hace poco o, lamentablemente, a lo que están acostumbrados a ver. Impresionan las expresiones de los que se supone que están a punto de ser fusilados por sus compañeros y, en la otra foto, la de los muchachos que, metralleta en mano, vigilan esa acción que tanto puede representar un secuestro como una redada de insurgentes. En cualquier caso, parece como si en setenta años no hayamos aprendido nada.


(Ya he dicho que la foto en blanco y negro es de Centelles. La otra apareció publicada en El País)

lunes, 24 de diciembre de 2007

LAS NAVIDADES SOLIDARIAS DE ELLOS Y ELLAS


Como estamos en Navidad y por aquello de la paz en el mundo, el Colectivo Solidario de Ellos y Ellas se ha reunido en pleno extraordinario para elaborar un texto definitivo; y lo ha hecho en el campo por tratarse de terreno neutral. El texto dice lo siguiente:


Compañeros y compañeras:

En el día o la jornada de hoy, El Colectivo Solidario de Ellos y Ellas se ha reunido en pleno o plena para rechazar todo tipo o tipa de discriminación por cuestión de género o génera.

Así pues, el Colectivo exige que ningún hombre o mujer pueda sentirse agredido o agredida por esa razón o razona. Para lo cual o lo cuala queda aquí constancia o constancio, a tantos o tantas de tantos o tantas, en este pueblo o población. Chin pon.


sábado, 22 de diciembre de 2007

LA CENA DE NOCHEBUENA


Desde luego, los hay que se las piensan todas y los hay que se aburren mucho, que están muy solos o que buscan unas emociones, a mi modo de ver, un tanto extrañas. Lo digo porque El Periódico de Cataluña ha publicado un artículo que habla de una oferta sorprendente. La Central del Espectáculo ha sacado a pública subasta la cena de Nochebuena en compañía de alguno de sus actores y actrices, si bien, para evitar malentendidos, subraya que no pretende subastar a las personas sino a su trabajo artístico. Así pues, hay un individuo que ha ofrecido 350 euros por cenar en compañía de Andrea, una barcelonesa de 27 años que va a interpretar el papel de la hermana ficticia del postor,
una diplomática con don de lenguas que trabaja en las Naciones Unidas y que se codea con el presidente de Estados Unidos, George Bush, y el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Un tal Carlos Eustaquio Torres pretende que alguien puje por su actuación de gafe. Hasta ahora no ha tenido mucha suerte, claro, aunque hay un tío raro que ofrece 40 euros por cenar con él. Ignoro si no tendría más éxito otro tipo de ofertas como, por ejemplo, la de un profanador de tumbas, la de la prima alicantina de un asesino en serie o la del mismísimo San Pedro. Y no lo digo por decir: ¿Quién puede jactarse de haber pasado una Nochebuena en compañía de sujetos como esos? Es cuestión de gustos. De modo que, si hay algún capullo que sea capaz de pagar trescientos euros por cenar conmigo, que me lo diga. Estoy dispuesto a hacerme pasar por el Dalai Lama, Gengis Kan o la Madre Teresa de Calcuta si hace falta.


(El dibujo es de El Roto)

viernes, 21 de diciembre de 2007

EL NUEVO CANON DIGITAL O LA NUEVA EXCUSA PARA COBRAR


La guerra de Irak se cargó uno de los pilares en que estaba asentada esa libertad individual que tantos años y tantos muertos había costado lograr: la presunción de inocencia; o sea, la suposición de que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Es un asunto que los poderosos ya se habían pasado por la entrepierna en tiempos pasados, pero cuando Bush atacó Irak por si acaso, dejó claro de un modo oficial que la presunción de inocencia había sido borrada del mapa.

En España también sabemos de eso. No sé lo que dirán los juristas con su palabrería infumable, pero, desde el momento en que te obligan a soplar por el alcoholómetro sin haber cometido antes una imprudencia es decir, por el mero hecho de conducir, en mi opinión se está vulnerando el principio del que hablaba antes:

Sople usted aquí para ver si ha bebido.

—Pero si yo no he hecho nada.

—Eso lo decidiremos nosotros.

¿No suena a tiempos pasados? ¿No huele a comisaría franquista, a una sala con un único foco de luz en el techo y una mesa y una silla, a cartapacios cubiertos de polvo, a polilla? Por supuesto, no estoy defendiendo que se beba al volante, pero hay algo ahí que no cuadra: sin prueba ninguna, sin que uno se haya apartado de su carril ni haya sobrepasado el límite de velocidad, el policía del control no te cree inocente: supone que has bebido. Tampoco se ha de disponer de pruebas para acusar a la pareja de amenazas o malos tratos. La ley de violencia doméstica obliga al juez a ponerte a quinientos metros si tu pareja dice que le has maltratado. Basta con que lo diga. No necesita aportar nada en apoyo de su denuncia.

Y ahora, después de sugerir que somos unos borrachos y unos maltratadores, el gobierno va a imponernos el canon digital porque somos nada menos que ladrones en potencia. El argumento es tan fácil de entender como de desechar. En virtud de la cantidad de copias que la gente realiza —sean éstas de textos, imágenes, películas o música—, los aparatos reproductores serán más caros a partir de ahora. Así se compensará el pirateo. Bravo. También podían haber dicho: Ya que hay mucho chorizo por la calle, cada ciudadano que entre en una tienda deberá pagar un euro. Los móviles, por ejemplo, van a ser más caros porque se supone que yo, que no lo he hecho ni pienso hacerlo nunca, voy a bajarme politonos cada diez minutos. Es decir: los ciudadanos honrados van a compensar económicamente a las marcas por los robos que hagan los chorizos. Pero la clave está en el planteamiento final. Ya que, a partir de ahora, van a cobrarme un plus al comprar una fotocopiadora, una impresora, un CD, un teléfono móvil, un aparato de MP3 y qué sé yo cuántas cosas, ¿podré bajarme lo que me dé la gana sin que me llamen delincuente?

jueves, 20 de diciembre de 2007

HERODES O LA MATANZA DE NIÑOS QUE NUNCA EXISTIÓ


Tras un examen superficial de la Biblia podríamos llegar a la conclusión de que las matanzas de primogénitos o de recién nacidos eran una costumbre generalizada en Oriente Medio y cercanías. Estaríamos equivocados, claro. Pero sí es cierto que, para dotar de cierta singularidad al profeta, al mesías o al elegido a secas, se recurría al truco literario de eliminar a toda su generación; es decir, a quien pudiese hacerle sombra o ser comparado con él. Nunca fue un hecho real. Moisés no fue el único en salvarse de una masacre en Egipto ni Jesús le importó tanto a Herodes como para ordenar que fuesen asesinados todos los niños de los alrededores.

Para empezar hay que tener en cuenta que Herodes murió cinco o seis años antes de que naciera Jesucristo. Eso se deduce después de contrastar los datos que barajan Flavio Josefo y Apiano, los historiadores más fidedignos de la época, en función de las fechas de coronación y muerte de Herodes. Pero creo que ni siquiera es necesario desgajar la información que nos aportan, porque el relato se cae y se hunde por su propio peso. Veamos. Herodes era un reyezuelo nombrado por los romanos después de convertir Palestina en una provincia del imperio y de dividirla en siete administraciones: Idumea, Samaria, Judea, Galilea, Traconítida, Decápolis y Perea. En líneas generales, podía ejercer su poder sobre los habitantes de Judea o sea, los judíos y nunca sobre los ciudadanos romanos. Bueno. Es de suponer que Herodes vivía en la opulencia, tumbado entre almohadones y hartándose de esclavas, esclavos y demás caprichitos y caprichazos. Al menos yo lo veo así. A los romanos les interesaba tener un déspota a sus órdenes que, además, fuese del terruño. De ese modo nadie iba a fijarse demasiado en las tropelías que ellos mismos pudieran cometer. Pero a lo que íbamos. Hete aquí que, un buen día, aparecen tres tronaos llegados de la India a lomos de camello y le dicen a Herodes que están siguiendo a una estrella porque ha nacido el rey de los judíos. Lo normal es que, ante tal afirmación, Herodes no ordenase una matanza de niños, sino una limitación de alcohol a los conductores de camellos, porque nadie en su sano juicio pretende seguir a una estrella y, además, el rey de los judíos era él. Estoy seguro de que, si el episodio hubiese sido cierto, Herodes se habría reído a carcajadas y después habría mandado azotar a los supuestos magos. ¿Cómo iba a desplazarle alguien de su puesto si su nombramiento había sido cosa de los romanos, a quien nadie podía hacer frente? ¿Iba a tener miedo Herodes de lo que dijeran tres tíos recién llegados? ¿Y por eso iba a ejecutar a todos los niños de la región? Si hubiese sido tan susceptible como para tomar en serio cuanto le dijesen unos simples forasteros, en dos años se habría cargado a todos los contribuyentes de Palestina.

Pero el caso es que no hubo ninguna visita de ningún mago y Herodes no ordenó la matanza de ningún grupo de niños. Ningún historiador de la época menciona la matanza. Pero eso no es todo. Ni siquiera los cuatro evangelistas están de acuerdo. Sólo Mateo, el único capaz de ver ángeles anunciadores, estrellas y magos orientales, habla de ello. En cuanto al hecho de que fueran reyes, es una pincelada añadida en el siglo VI para dotar al nacimiento de Jesús de una connotación de realeza; o sea, para hacerlo descender del Rey David.

Y ahora ha llegado el momento de echar un vistazo a lo que tenemos y extraer conclusiones:

  1. Herodes murió antes del nacimiento de Jesús.
  2. Los Reyes Magos no existieron como Reyes; y, como Magos, sólo en la imaginación de Mateo. Los demás evangelistas silencian su existencia.
  3. Unos Reyes Magos inexistentes no pudieron decirle nada a un Herodes muerto años antes.
  4. Aunque Herodes, mediante una carambola histórica imposible, hubiese sido visitado por los Reyes Magos, no ordenó ninguna matanza de niños. Flavio Josefo, cronista de la región e historiador sin tacha, no dice nada al respecto. Tampoco lo hacen tres de los cuatro evangelistas.
  5. La matanza de primogénitos y recién nacidos es una tradición literaria de las fuentes judías y se repite en los textos. Se trata de un recurso para subrayar aún más la singularidad de un personaje ilustre.

O sea que ya está dicho. No sé por qué me empeño en sacar punta a estas cosas, pero es un vicio que no puedo evitar. Además, reconozco que no tiene ninguna importancia si Herodes ordenó o dejó de ordenar matanzas de niños recién nacidos, de adolescentes homosexuales o de ancianas desvalidas. El fondo de la historia sigue siendo el mismo. Y por si eso fuese poco he de reconocer que, a mi edad, me jode bastante verme en la obligación de razonar que los Reyes Magos no existen.


(En la foto de arriba, extraída de ceinicaragua.org.ni, un niño palestino de hoy en día. ¿Quién necesita al rey Herodes?)

miércoles, 19 de diciembre de 2007

¿CARLA BRUNI O GADDAFI?


Lo siento pero no creo en casualidades cuando hay políticos por medio y, por lo tanto, nadie puede hacerme creer que el encuentro de ciertos fotógrafos franceses con la pareja de moda haya sido fruto de la casualidad. El presidente Sarkozy y la cantante Carla Bruni estaban de paseo y muy juntitos en Eurodisney. Y eso sucede justo después de que el coronel Gaddafi haya visitado Francia. Aunque el líder libio haya sabido cambiar su imagen de dictador por la de amigo de los niños, sigue siendo un sujeto que, a los ojos de los europeos de a pie, tiene más de lo primero que de lo segundo. Y la foto de Gaddafi y Sarkozy estorbaba. ¡Cuánto mejor iniciar las fiestas de Navidad con la imagen de Carla Bruni, aunque su atractivo sensual haya caído en picado desde que se han hecho públicas sus relaciones con el presidente francés! En fin: C’est la vie.


(Por si había alguna duda, las fotos de arriba, extraídas de colombia.blogalaxia y encyclopaedia.pl, dejan bien claro que Carla Bruni y el coronel Gaddafi son estéticamente muy diferentes)

LAS PROPINAS


Desde hace unos días se habla, y mucho, de las propinas. Dicen que los españoles no hemos asumido todavía el cambio de las pesetas a los euros y que con los euros dejamos unas propinas que jamás habríamos dejado cuando existían las pesetas. Lo ha dicho el ministro Solbes y es verdad. No porque lo haya dicho él, sino porque es cierto que ahora dejamos veinte céntimos de euro como propina por un café y ni a patadas en los dientes dejaríamos treinta y dos pesetas, que es casi lo mismo.

Los sindicalistas de los años veinte lucharon por eliminar las propinas, que entendían como un modo de humillar al trabajador porque obligaba a éste a hacer más de lo que debía. Tenían parte de razón. Y más, cuando es sabido que a veces el empresario cuenta con las supuestas propinas para redondear el sueldo del trabajador. Esa manera de entender las cosas llega al extremo en Estados Unidos, donde los camareros solo cuentan con las propinas a modo de salario. Desde luego, eso les obliga a rebajarse continuamente ante quien sea, como si su trabajo consistiese en dar coba en lugar de servir mesas. Tomar una copa o comer algo en Estados Unidos es una prueba de paciencia y de fuerza interior. En cuanto uno se mete el primer trago entre pecho y espalda aparece el camarero y, con una sonrisa de oreja a oreja, te pregunta: ¿Está todo a su gusto? Uno piensa Qué atento, dice Sí, sí, y luego se pierde pensando en la infinitud del Universo. Pero al rato, unos dos minutos más tarde, vuelve a aparecer el camarero y, con la misma sonrisa de antes, pregunta: ¿Necesita algo más? ¿Quiere una servilleta de papel? Uno empieza a mosquearse. Aun así, con una educación intachable, responde: No, no se preocupe, muchas gracias. El segundo trago ya no sabe tan bien, y justo cuando uno va a echarse al coleto el tercer trago, vuelve a escuchar, muy cerca, la voz del camarero: ¿Quiere usted un poco más de hielo? De pronto el mundo toma un color sombrío, amenaza tormenta en la calle y a uno le vienen a la memoria los peores momentos de su infancia. ¡No!, grita uno, ¡Está todo muy rico, coño! ¡Está de un rico que te cagas! El camarero, entonces, visiblemente enfadado, le da la espalda a uno y se pierde en las interioridades del negocio con un aire como de no querer saber nada más de uno en lo que le quede de vida. Al cabo de veinte segundos, sin embargo, justo a mitad del cuarto trago y cuando parecía que la paz imperaba en el mundo otra vez, se oye de nuevo la voz del camarero: ¿Quiere otra copa el señor?

Sean o no las propinas como pensaban los sindicalistas de los años veinte, hay algo al respecto que nunca he acabado de entender. Se supone que la propina es un premio que el cliente da al camarero en virtud del servicio. Sin embargo, nunca es así. Se deja una buena propina si la consumición es cara. Si es barata, y aunque el servicio haya sido de cuento de hadas, no tanto. ¿Por qué la cantidad que uno deja de propina depende exclusivamente del total de la cuenta a pagar y no de la diligencia del camarero que nos ha servido?

martes, 18 de diciembre de 2007

LA ESTRELLA DE BELÉN Y OTROS FENÓMENOS


Cuando, en 1304, Giotto pintó una estrella con cola en La adoración de los Magos, no sabía que estaba originando toda una leyenda sobre la que luego se llamaría Estrella de Belén. Se supone que obtuvo el modelo del cometa Halley, que había sido visto unos tres años antes. No sé. Tal vez fue así o tal vez se inspiró en otro fenómeno, en un sueño o en cualquier otra cosa. En todo caso, a lo largo de la historia hay numerosos ejemplos de extraños objetos que sobrevuelan los cielos y que, por suerte, han sido reflejados por pintores y escultores. Con eso no quiero decir que se trate necesariamente de vehículos extraterrestres, pero a veces es bueno dejarse llevar por la imaginación para vencer a la rutina y al hastío de la vida diaria. Ahí están las obras, expuestas en iglesias y salas de arte de todo el mundo. Quiero dejar claro, de todas formas, que tanto la imagen de La adoración de los Magos como las que siguen a estas líneas han sido extraídas de una página web escrita por escépticos incorregibles que en ningún caso aceptan las hipótesis que busquen explicaciones fuera de los cauces de la razón. Pero ese es su punto de vista personal, claro, y cada cual puede pensar lo que le dé la gana. Por si acaso ahí van tres ejemplos más. El primero es un fragmento de La exaltación de la Eucaristía, probablemente pintado en 1595 y atribuido a Bonaventura Salimbeni. El siguiente es el Bautismo de Cristo, de Aert deGelder. Y el último, realizado en 1428, es la Fondazione della chiesa di Santa Maria Maggiore a Roma, de Masolino da Panicale. Ya digo: que cada cual piense lo que quiera, pero hay que reconocer que el asunto tiene mandanga.







lunes, 17 de diciembre de 2007

LA GIRA DEL CORONEL GADDAFI


No sé cómo lo hace, pero cada cierto tiempo el coronel Muammar el Gaddafi vuelve a estar de moda. Desde luego, es un tío astuto. Debe su cargo al golpe de Estado que dio en 1969 y, desde entonces, su relación con Occidente ha sido de lo más inestable. Ahora se le está recibiendo como un huésped de honor en Europa y recordemos que, si su gobierno no está entre los del Eje del Mal desde mediados de los ochenta, es porque en ese entonces aún no existía el nombre. Pero fue bombardeado por los norteamericanos, ha sido acusado de cobijar en su país a diversos grupos terroristas e incluso ha reconocido su participación directa en un par de atentados aéreos con numerosas víctimas. Sin embargo, gracias al petróleo y al gas de su país nadie le echa nada en cara y, pasado el tiempo, se pasea por ahí como un millonario excéntrico y ajeno a la política. Ahora está en España. Y ha llegado rodeado de una puesta en escena digna del más cínico de los comediantes. Para empezar, ha venido con cuatrocientas personas que se hospedan en un hotel carísimo donde no puede entrar nadie que no sea del séquito. Él no se hospeda ahí, claro; o, mejor dicho, duerme en una de las mejores habitaciones del hotel pero tiene intención de hacer la vida diaria en otra parte. Para eso ha traído una jaima del desierto que piensa plantar en los jardines de El Pardo, nada menos. Dice que lo de la jaima es debido a su origen beduino. Ya. Seguro que todos los beduinos viven como él. Por eso se ha traído también una camella para beber leche fresca por la mañana. Y también viajan con él, a modo de guardias de corps, treinta vírgenes libanesas. Sí, sí; habéis leído bien. ¡Treinta vírgenes africanas! ¿En qué mundo vive el tío este? También podía haberse traído al enano zumbón y a las trapecistas coristas de los Maristas. Lo que me parece inaudito es que se le respeten todos esos caprichos. Y es que, además, puede sentar precedente. No sé qué tendremos que pasar por alto cuando vengan a visitarnos el Pepayaso Pepe, el Niño de la Bola o el Rey del Mondongo.

(La foto de arriba está extraída de gutierrez-rubi.es)

sábado, 15 de diciembre de 2007

LA CONFERENCIA DE BALI: ALGO ES ALGO


Tras dos semanas de conversaciones, de discusiones y de tiras y aflojas, los Estados Unidos de América han reconocido que el cambio climático existe e incluso han decidido no poner trabas al desarrollo de las medidas que sean necesarias para combatirlo. Eso es mucho más que lo que hicieron en Kyoto. Ignoro si ha sido a causa de que por fin Europa haya enseñado los dientes o si empiezan a darse cuenta de que, por muy poderosos que sean, no es bueno quedarse solos. Lo malo es que no acabo de verlo claro. Me consta que, habitualmente, estos cambios de enfoque suelen exigir una compensación. Y no se ha hablado de ello. Aunque también es cierto que los yanquis no han precisado cuál es su postura, no han señalado el alcance de la reducción de emisiones de gases contaminantes, no han dicho nada de números. Lo único que han indicado es que están de acuerdo en llegar a un acuerdo al respecto. Y eso, en el futuro. Veremos.

(La foto de arriba está extraída de astronet.es)

viernes, 14 de diciembre de 2007

LOS OLVIDADOS DE LA LEY DE LA MEMORIA HISTÓRICA


Mientras sus compañeros golpistas ascendían a generales, los miembros de la UMD o Unión Militar Democrática
—un centenar de oficiales y suboficiales— eran sancionados, arrestados y expulsados del ejército. Sucedía hacia el año 1977, en España, después de la muerte de Franco. Parece ser que entonces no estaba bien visto ser militar y demócrata. Y parece ser que ahora tampoco. La Ley de la Memoria Histórica dedica a esos militares una breve reseña, como si no hubiera más remedio que aceptar que existieron aunque dé reparo hacerlo.

La Unión Militar Democrática no intentó dar un golpe de Estado. Mediante actividades pacíficas, pretendió mojar la pólvora que había preparada para el posible retorno de un militar a la cabeza del gobierno de España. Y lo pagó caro. Hasta el día de hoy, a sus componentes no se les ha restituido nada de lo que perdieron a causa de sus ideales democráticos. Y tal y como van las cosas, seguramente nunca se les restituirá. Entre otros, son los grandes olvidados de la historia reciente. ¿Alguien sabe mucho más de ellos? ¿Alguien conocía su existencia? No sólo está el triste desdén de la Ley hacia esos militares demócratas, sino que a casi nadie le importa un bledo lo que pueda sucederles.

Y uno se pregunta: la Ley de marras, ¿va a tratar de la misma manera a los maquis como Caracremada, Quico Sabaté, Facerías o Ponzán? ¿Y a Laureano Cerrada? ¿Alguien ha oído hablar de ese hombre irrepetible que en el año 48 compró un avión para sepultar al general Franco bajo un montón de bombas incendiarias y casi lo consiguió? ¿Alguien sabe algo de Cipriano Mera, por quien se presentaron más de cien personas anónimas en cuanto se supo que necesitaba una transfusión de sangre? ¿Conoce la gente a Melchor Rodríguez, el anarquista que frenó las matanzas de Paracuellos cuando asumió la Jefatura de prisiones y a cuyo entierro, presidido por una bandera anarcosindicalista en tiempos de Franco, acudieron los falangistas y los fascistas a los que salvó de la muerte? ¿La Ley de la Memoria Histórica va a hablar de esos individuos y de los que me dejo o se va a limitar a los de siempre, a esos de quienes ya se ha hablado bastante?


(El caso del avión que Laureano Cerrada envió cargado de explosivos contra el yate de Franco en San Sebastián está extensamente explicado en dos libros, cuya lectura me parece muy interesante:

ELISEO BAYO, Los atentados contra Franco, Plaza & Janés editores, Barcelona, 1976 (puede adquirirse en la web de los Libreros de Viejo).

—ANTONIO TÉLLEZ SOLÁ, Historia de un atentado aéreo contra el general Franco, Editorial Virus, Barcelona, 1993.)


(La foto de arriba está extraída de redasociativa.org)

jueves, 13 de diciembre de 2007

LOS CRONISTAS DEPORTIVOS


He de confesar que los periódicos deportivos me fascinan. No porque me guste especialmente lo que dicen o cómo lo dicen, sino porque soy incapaz de leer más de dos líneas seguidas y eso no me sucede ni con la hoja parroquial. Hasta los documentos catastrales me parecen más atractivos.

El estilo de los cronistas deportivos es especialmente repugnante. Como tienen la costumbre de hablar hasta cuando no es necesario o, mejor dicho, hablan sobre todo cuando no es necesario, han tenido que inventar sinónimos de los términos que utilizan más a menudo para no repetir palabras. Si hablasen exclusivamente cuando deben hablar, no necesitarían sucedáneos ni circunloquios. Pero, no sé por qué, insisten en darle al pico durante todos los segundos y todos los minutos y todas las horas que dure el encuentro deportivo. Así, hablan del colegiado para referirse al árbitro, del cuero o el esférico cuando se refieren a la pelota el esférico, te cagas o, lo más alucinante, utilizan el nombre del mitológico Can Cervero para nombrar al vulgar portero de fútbol. Tremendo. No obstante, aún pueden darse más barbaridades, como la que se escucha habitualmente en TV3, la televisión de Cataluña, donde han traducido el término y en lugar de utilizar el bárbaro esférico, debido a esa obsesión que tienen en diferenciar el catalán del castellano, dicen… la esférica. Sí, es muy triste. Barbarismo sobre barbarismo. Pero todavía hay algo más triste.

Lo más triste es que en muchísimas ocasiones esos inventos no son más que alardes de vanidad. Me parece que los cronistas deportivos son conscientes de la escasa trascendencia de sus informaciones. Así como es habitual que un estudioso repase las hemerotecas para echar un vistazo a las informaciones políticas o sociales de años pasados, es casi imposible que a alguien le dé por leer las crónicas deportivas de hace quince o veinte años. La información deportiva es tan efímera como los propios resultados de los eventos deportivos y eso afecta gravemente al orgullo de los periodistas especializados, que se creen con derecho a dejar la huella para una posteridad que nunca va a tenerlos en cuenta. De ese modo es habitual que un cronista deportivo pretenda ser reconocido, por ejemplo, como el que siempre se refirió a «la pequeña» para hablar del «área pequeña» o como el que puso unos apodos tan caprichosos a determinados deportistas que sólo él llegó a utilizarlos. Sin embargo, en cuanto esos periodistas abandonan su tarea de informar de fútbol, nadie recuerda sus nombres.

Porque, además, si el estilo de los artículos es aberrante, el contenido es brutal. Sobre todo, cuando se incluye una entrevista a algún jugador de fútbol. Creo que, al empezar a dedicarse profesionalmente al deporte, a los futbolistas les entregan una libreta con todas las respuestas que pueden dar a los periodistas durante el resto de su carrera deportiva. Una libreta y no un libro, claro, porque no hay tantas respuestas: Hemos salido a ganar, Somos un equipo o Ante los alemanes no hay amistosos. El que se salga de lo establecido, a la calle. Y aún así, hay quien lee el periódico deportivo de principio a fin… ¡cada día! Sí, sí, así, como lo cuento. Lo he visto con estos ojos que se ha de tragar la tierra. Llega un tío a una cafetería, pide un café con leche y, como aquel que está haciendo algo normal, se traga toda la información del periódico de deportes que, amablemente, el bar pone a disposición de sus clientes. Y eso no me parece demasiado grave si la escena se produce en lunes o, si me apuran, incluso en martes. Los eventos deportivos suelen tener lugar los domingos y es casi comprensible que alguien quiera enterarse de los resultados al día siguiente. Pero siempre me ha perseguido una pregunta: ¿Con qué información pueden llenarse cincuenta páginas de un periódico de deportes los miércoles, jueves y viernes, si ya no hay nada que contar?

(La foto de arriba está extraída de tallerediciones.com)


miércoles, 12 de diciembre de 2007

PERÚ Y FUJIMORI: UNA LECCIÓN DE DEMOCRACIA


Aunque no se trató el asunto con la contundencia que merecía, el general Augusto Pinochet recibió un varapalo en los últimos años de su vida. El pueblo chileno no consiguió una condena para el dictador, pero se dejó oír, que ya es mucho. En Perú, hoy por hoy, el dictador Fujimori está siendo juzgado bajo la acusación de haber perpetrado no sé cuántos asesinatos, secuestros y demás menudencias. No sé qué piensan al respecto los Estados Unidos de América. Supongo que nada, como es habitual en un país acostumbrado a que nadie hable de la pena de muerte en su territorio mientras se critica en países como China o a que la gente se manifieste por los derechos humanos en Cuba mientras en Guántamo impera la ley del más fuerte. Sin embargo, a menudo los poderosos deberían echar un vistazo a los débiles y tratar de aprender de ellos. Nadie ha intentado jamás sentar en el banquillo a un presidente de los Estados Unidos. Y eso que han hecho de todo, desde invadir un país por si acaso, hasta vender armas químicas, subvencionar a militares golpistas o lanzar dos bombas atómicas sobre la población civil. Si el presidente de cualquier otro país hubiese cometido la décima parte de las atrocidades cometidas por los norteamericanos, probablemente habría sido formalmente acusado, perseguido y, con suerte, juzgado y condenado. Pero a lo que iba. Aunque a los Estados Unidos les importe un pepino lo que suceda fuera de sus fronteras, esos países latinos a los que desprecian les están dando una lección magistral de democracia y de derechos humanos. Tanto Pinochet como Fujimori se han enterado, al menos, de que son unos cabrones.

Aquí, en España, tampoco hemos llegado al extremo de juzgar a ningún dictador. Y eso que hemos tenido oportunidades. No obstante, con el tiempo hemos aprendido mucho y, por supuesto, también hemos sabido dar una lección de democracia a los Estados Unidos. Se trata de una lección discreta, a la que muy poca gente ha dado el valor que realmente tiene, y que se dio nada menos que bajo el gobierno de José María Aznar. Voy a ver si me explico.

A los Estados Unidos de América les gustaría ser el ejemplo a imitar en todo lo que hacen y, para empezar dándonos gato por liebre, intentan colarnos el cuento de lo del sueño americano y se quedan tan anchos. El tal sueño dice que todos los ciudadanos del país de la liberté tienen las mismas posibilidades de hacerse de oro, que en principio nadie es más que nadie y que hasta el negro más negro entre los vecinos de Harlem puede ser algún día el presidente de la nación más poderosa del planeta. No hay nada más falso, claro. ¿Un vecino de Harlem en la Casa Blanca? Vamos, hombre. ¿Un ciudadano de a pie y de color de color negro, se entiende presidiendo el gobierno de los Estados Unidos de América? En realidad, los ciudadanos de los USA no están gobernados por una democracia, sino por una oligarquía democrática; o sea, un gobierno de millonarios elegidos mediante las urnas. Únicamente los millonarios pueden costear el inicio de una campaña electoral tan extraordinaria como la norteamericana y, por lo tanto, los votantes de los Estados Unidos de América sólo pueden elegir, entre varios millonarios, qué millonario quieren que les mande. Luego podrán decir que ese millonario es distinto al otro millonario de más allá por esto y por lo otro, pero son sólo matices superficiales.

En España, en cambio, somos más auténticos y vamos mucho más lejos en todo lo que nos proponemos. Aquí no nos andamos con mariconadas. ¿No se trata de ser demócratas? ¿Y la democracia no se basa en la igualdad de derechos para todos? Pues eso. Somos tan sumamente demócratas que, como he dicho antes, podemos dar una lección de democracia a esos yanquis de las narices. Porque si en los USA sólo pueden llegar a presidente los que tienen mucha pasta y mucho petróleo y mucho de todo, aquí, en España, no necesitamos tanta gaita. Cuando José María Aznar se hizo con las riendas del gobierno de la nación quedó claro que, en nuestra querida España, puede ser presidente cualquiera.

(La niña del chiste es Mafalda, claro, el personaje de Quino)


martes, 11 de diciembre de 2007

AY, FIDEL, FIDEL…


Ayer por la mañana, entre uno y otro bocado de unas estupendas tortas que compré en Nájera hace unos días, escuché por la radio una nueva queja en el acostumbrado tono lloroso de los militantes de CIU. En esta ocasión se trataba de la voz de una de las diez mujeres del mencionado grupo político que se desplazaron a Cuba para hacerse notar en Cataluña y, por supuesto, en España. Con esa cantinela que tan bien conocemos los que no tuvimos más remedio que sobrevivir intelectualmente bajo la bota de Jordi Pujol, la mujer ha sugerido que no hay derecho a que les hayan retirado el pasaporte y que estén a la espera de ser devueltas a España después de haber aterrizado en Cuba con visado de turistas y haberse involucrado descaradamente en una manifestación a favor de unos disidentes. «Sólo pedíamos derechos democráticos
», se ha lamentado.

Aunque podría hacerlo, no voy a defender ahora a Fidel Castro. De hecho puedo defender a quien me dé la gana, siempre y cuando en alguna ocasión me haya dado motivos para hacerlo. Y Fidel tuvo su buen momento. Hace muchos años que pasó, pero eso no viene al caso. El hecho es que a esas mujeres convergentes les ha dado por erigirse en adalides de la democracia. Se han plantado junto a unas veinte mujeres cubanas y, provistas de unas pancartas bien grandes, han pedido la libertad de los presos políticos y han clamado por los derechos humanos. Qué curioso que hayan elegido Cuba para hacerlo, donde saben de sobra que las excelentes relaciones entre el gobierno de allá y el de aquí impedirían cualquier contratiempo serio. Porque a Guantánamo ni se han acercado, no, teniendo la oportunidad de plantarse ante las puertas del imperio y decir bien alto que no es oro todo lo que reluce. Sólo han ido a meterse con Fidel. Y luego se quejan de que las echen, claro. Bueno, para eso han montado el espectáculo. Yo pediría a esas valientes, ya que defienden los derechos en los países donde no los hay, que vayan a la plaza mayor de la capital de Arabia Saudí y, ataviadas con un tanga de leopardo, clamen por la libertad de imagen, que también es un derecho democrático. Entonces seré yo quien reconozca su valor.

(La foto de arriba está extraída de editorcannocchiale.dol.it)

domingo, 9 de diciembre de 2007

NAVIDADES BLANCAS… O NEGRAS


Hacia 1995, uno de mis hermanos largó trapo hacia las Américas con su mujer y la prole porque una empresa norteamericana le había hecho una oferta de trabajo muy difícil de rechazar. Hasta ahí todo sucedió normalmente. Y, de hecho, ahora que por fin han vuelto a Europa, podemos decir que durante estos doce años todo ha transcurrido normalmente, si bien tal normalidad ha de entenderse como puedan entenderla los norteamericanos y no como la entendemos los europeos, que son cosas totalmente diferentes. Así pues, durante aquel primer año en las Américas, mi familia se encontró inmersa en algunas situaciones que, pese a ser normales en aquellas tierras, son sorprendentes a nuestros ojos europeos y latinos. Una de ellas se produjo al llegar la Navidad.

En honor a la verdad he de decir que mi cuñada no es una persona especialmente religiosa y que, en lo que respecta a mi hermano, le importa un huevo el Papa, la Iglesia y cuanto intenten imponerle como una verdad ajena a la razón. Para ellos, como para tantos otros, la Navidad es una fiesta entrañable y familiar cuya trascendencia religiosa se perdió hace ya mucho tiempo entre el champán, los polvorones y las facturas de los regalos. Pero mi cuñada pensó que era conveniente comprar unas figuras de Belén para que los niños no echasen en falta algo que habían visto en casa cada año. O sea que salió de casa, tomó el coche y se dirigió a unos grandes almacenes que había por ahí, en medio del campo, como está casi todo en Estados Unidos.

Supongo que mi cuñada las pasó canutas para hacerse entender. Aunque Estados Unidos sea el país laico más religioso del mundo, no es fácil que la gente conozca las tradiciones que no tengan una relación directa con el general Custer y Papá Noel. Sin embargo, al cabo de un rato ya salía de los almacenes con un hermoso paquete bajo el brazo. Subió al coche, condujo durante los treinta kilómetros que mediaban entre ese comercio ubicado en medio de la nada y su casa y, nada más sentarse en el sofá, desenvolvió el paquete. Chasco. Todas las figuras, incluidas la de la Virgen y la del Niño Jesús, eran de raza negra. Mi cuñada y mi hermano pueden ser sospechosos de muchas cosas, pero si hay algo de lo que sin duda jamás podrían ser acusados es de ser racistas. No obstante, mi cuñada pensó que sus hijos no iban a entender por qué eran negros San José y el Niño Jesús y decidió ir a cambiar las figuras a la tienda. Pero recordó de pronto que la dependienta que le había atendido era, precisamente, de raza negra. ¿Cómo hacerlo para que comprendiera que tras la petición de cambio no había un reproche racista? ¿De qué manera se lo iba a decir para que no se ofendiera? Ni corta ni perezosa, se dijo que quien pagaba era ella y que el Niño Jesús había sido siempre blanco. O sea que salió de casa, tomó el coche y condujo los treinta kilómetros que ya empezaba a conocer de memoria.

En pocos minutos consiguió lo que quería. La dependienta, que podía ser negra pero desde luego no era tonta, comprendió lo que pasaba, se rió de buena gana, dijo Claro, ustedes son blancos, y en seguida se perdió en las interioridades del almacén. Al cabo de un rato, mi cuñada volvía a salir del local comercial con un hermoso paquete bajo el brazo. Subió al coche, condujo casi sin mirar los treinta kilómetros que había hasta su casa y, en cuanto se sentó en el sofá, abrió el paquete. Todas las figuras, incluida la del Rey Baltasar, eran de raza blanca.

viernes, 7 de diciembre de 2007

¿CRISTO FUE EL PRIMER REVOLUCIONARIO?


Sí, sí, ya lo sé. La foto es de Chávez y un general de paracaidistas como él no debería tener relación con la figura de Jesucristo. Pero en la foto también hay un cartel cuyo mensaje me ha proporcionado el título del texto de hoy: ¿Fue Cristo el primer revolucionario? Evidentemente no. Pero hay que echar un vistazo a las razones.

Según cómo se mire, el mensaje de Cristo pudo ser efectivamente revolucionario, pero el hombre llamado Cristo nunca fue tal cosa o, al menos, no fue un revolucionario político. Precisamente por eso lo mataron. En la fotografía de arriba, la figura de Cristo está inmersa en un entorno político que, sin lugar a dudas, el llamado hijo de Dios habría rechazado. Es un truco para conseguir seguidores o una confusión de conceptos, no lo sé, pero la inclusión de la imagen de Jesucristo en un referéndum es un disparate. Ignoro si alguien podría ser bautizado como el primer revolucionario. Podría ser Caín, dirán algunos, pero Caín sólo fue un rebelde y, además, es fruto de la imaginación de los autores de la Biblia. Desde mi punto de vista, ese primer revolucionario pudo ser Espartaco, el esclavo que se rebeló y, mediante una revuelta espectacular, consiguió que el poder de Roma se tambalease. Jesucristo, aunque fue ejecutado por la ley romana, nunca puso en duda ni combatió al poder de Roma. Habló de ayudar a los pobres, pero tampoco le interesó especialmente la lucha de clases y jamás exigió ningún derecho de los hombres sobre la Tierra. Mi reino no es de este mundo, dijo bien claro en una ocasión.

Se llamaba Jesús, y le llamaron el Cristo; o sea, el ungido, el heredero del Rey David, el líder que combatiría y echaría del Medio Oriente a los romanos. Por alguna razón, se le eligió entre la tropa de santones que pululaban en los alrededores de Jerusalén y se forzó su genealogía para hacer que descendiera de David. Se le hizo descender por línea paterna al contrario de lo que se llevaba en la época, un eslabón más en la cadena de situaciones preparadas para dotarle de divinidad. Pero eso ahora no viene a cuento, como tampoco la virginidad de María ni otros detalles de naturaleza indudablemente judía. Jesús, el Cristo, era la esperanza del pueblo ante los romanos. Por eso entre sus más allegados hubo en seguida zelotes como Simón, por ejemplo, que era como se llamaba entonces a los guerrilleros que se enfrentaban a los legionarios romanos. Barrabás fue otro de ellos, a quien Pilatos puso en libertad poco antes de ordenar la ejecución de Jesucristo, presionado por las turbas manipuladas por la autoridad religiosa; o sea, el Sanedrín. Los zelotes peleaban contra el poder imperial mediante emboscadas y ataques fugaces e inesperados. ¿Alguien imagina cómo los llamaría George Bush en el caso de que existieran hoy en día?

Así pues, tenemos en Jesús al individuo elegido para dirigir al pueblo judeo-palestino en su lucha por la liberación de los romanos. Era habitual que los apóstoles, sus discípulos más cercanos, fuesen armados. Siempre se ha dicho que Pedro sacó la espada cuando fueron a prender a su maestro y con ella cortó la oreja de uno de los esbirros. A nadie le ha sorprendido nunca eso. Pero Jesús nunca tuvo intención de convertirse en un líder militar y, con el correr del tiempo, fue dejando clara su postura. Esa supuesta traición a las esperanzas del pueblo, y no cualquier otra razón jamás expuesta, fue la causa de que Judas le denunciase. No le tentaron las treinta monedas. Se suicidó justo después de que detuviesen al maestro.

El Sanedrín, la autoridad religiosa de la época, estaba detrás de la detención. Los componentes de ese oscuro grupo de sacerdotes también habían esperado el regreso del Rey David o de sus herederos y, viendo que el asunto se torcía, decidieron acabar con la comedia de un plumazo. No es extraño que así fuera. En Oriente Medio siempre se han confundido el poder religioso y el político. Esa es la esencia de los países musulmanes donde no existen códigos legales y la justicia se basa en las citas del Corán y de los países occidentales hasta la Revolución francesa, curiosamente criticada por el actual Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. De modo que los sacerdotes-políticos decidieron la muerte de Jesucristo. Y para no mancharse las manos le acusaron de haber atentado contra Roma; es decir, de ser un zelote. Así serían los romanos quienes ejecutarían al reo.

Porque zelotes fueron también los supuestos ladrones que murieron crucificados junto a Jesucristo. La crucifixión era un castigo reservado a los enemigos de Roma. Nunca se crucificó a nadie por robar. Y menos aún por decir que había que amar al prójimo como a uno mismo. No cuadra. O sea que sí: se le ejecutó bajo la acusación de ser un revolucionario. Pero nunca quiso serlo.


(La foto de arriba está extraída de El País)

martes, 4 de diciembre de 2007

CHÁVEZ, BENEDICTO XVI, LA ENCÍCLICA Y EL REFERÉNDUM


Lo que más me jode de que Chávez haya perdido el referéndum es que ahora van a hincharse de razón los tiranos del otro lado; es decir, Bush y el Papa. Este último, por cierto, ha vuelto a cubrirse de gloria con su nueva encíclica Spe Salvi, donde dice que la historia de la Humanidad se torció con la Revolución Francesa y asegura que las esperanzas terrenales como la Ilustración y el marxismo han fracasado. Desde luego, no hay como vivir en las nubes para no enterarse de nada. Decir que la Ilustración ha fracasado es surrealista, lunático, no tiene sentido y es mejor olvidarlo. Y en cuanto al fracaso del marxismo, no sé qué opinarán los mil y pico millones de chinos que viven bajo un régimen comunista en evidente y constante crecimiento.

Pero Benedicto XVI va más allá, dice y repite que la fé no está reñida con la razón y, al contrario de lo que se ha defendido durante los últimos decenios, afirma la existencia del Infierno y el Purgatorio. Para empezar, el Papa se contradice. No sé a qué viene ese empeño en dar sentido a la fé amparándose precisamente en la razón, cuando ha descalificado a esta última al despotricar contra la Ilustración. Y lo del Purgatorio también tiene guasa. Afirmar su existencia es dotar de una medida de tiempo a la eternidad, puesto que el Purgatorio es un lugar o un estado transitorio. Al decir eso el Papa, ¿no está dejándose llevar por esa racionalidad a la que recurre para definir la fé y, a la vez, critica porque le estorba en su concepción de la historia?

La noticia, sin embargo, es que Chávez ha perdido el referéndum... con razón o sin ella. Todo el mundo pretendidamente democrático se ha alegrado mucho y la Casa Blanca —cuyo más distinguido huésped ganó sus primeras elecciones envuelto en rumores de fraude— dice que es un paso más hacia la libertad de Venezuela y del mundo. Pero los ciudadanos de a pie, entre quienes me encuentro, ignoramos un aspecto esencial de la batalla venzolana. Los opositores a Chávez han ganado el referéndum y tal vez ganen las elecciones dentro de unos años. Sabemos quién es Chávez. Pero, ¿sabemos quién está detrás de la Oposición?

domingo, 2 de diciembre de 2007

EL DISCURSO DE CIU: LLUEVE SOBRE MOJADO


Al estilo de los dirigentes del Partido Popular —con quienes, por cierto, no sólo tienen en común la ideología nacional-católica—, los nacionalistas catalanes fletaron 150 autobuses para inflar la manifestación convocada con motivo del caos de RENFE en Barcelona. Como era de esperar, la protesta derivó en un grito por la independencia de Cataluña. Y como también era de esperar, a los nacionalistas no se les cayó la cara de vergüenza.

Menciono el detalle porque, como ya dije en otra ocasión, CIU ha sido el aliado del gobierno de España durante unos treinta años o, dicho de otra manera, durante casi toda la existencia de la democracia española. Con la excusa de buscar lo mejor para Cataluña, los nacionalistas no dudaron en dar su apoyo al partido que estuviese en el poder —fuese el PSOE o el PP— mientras, por otro lado, le culpaban de cuanto hubiesen pactado con él. Al final han pagado esa bajeza con dos derrotas consecutivas en las elecciones autonómicas, pero al parecer no han aprendido nada. Si Cataluña está como está es a causa de la gestión de los políticos de CIU, bien porque durante treinta años no supieron llevar el agua a su molino, bien porque se desvió el dinero hacia otra parte. Quizás las cosas serían de otra manera si hubiesen gastado menos en propaganda, en autobombo, en la obsesión del idioma y en dotar a cada rincón de Cataluña con un nuevo simbolito para la adoración de los crédulos —perdón, creyentes— en su política.

De modo que convocar una marcha para protestar por los frutos de la propia gestión es un derroche de cara dura. Pero ese ha sido siempre el modo de hacer de CIU y de cualquier otro grupo nacionalista. Está en su naturaleza inventar un enemigo exterior para echarle la culpa de las carencias, la ineptitud y los errores propios.

jueves, 29 de noviembre de 2007

LA IGLESIA DA MIEDO AL GOBIERNO


El presidente Rodríguez Zapatero demostró valentía cuando, nada más acceder al poder, desafió abiertamente a George Bush retirando las tropas españolas de Irak. Desde luego, no es poca cosa. Desaprobar de ese modo la gestión del gobierno más poderoso del planeta es una muestra de convicción, de energía y de respeto hacia los ciudadanos que, hartos del desgobierno de Aznar, votaron a favor del Partido Socialista en las últimas elecciones. Sin embargo, a juzgar por otras cuestiones no menos espinosas, Zapatero ha demostrado que tiene auténtico pánico a una institución tradicionalmente asentada en España: la Iglesia católica. Ese pavor le ha llevado a ralentizar la ley de la Memoria Histórica, a tolerar comentarios de muy dudosa altura en emisoras como la COPE y a bajar demasiado la guardia con el asunto de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Dos de esas cosas, por suerte, empiezan a pertenecer al pasado y, en cuanto a la otra, es evidente que poco a poco pierde fuerza. Sin embargo, ya que se aproximan las elecciones, debería ser el momento de dar la cara de nuevo. Y va a ser al revés.

Entre las muchas promesas que los socialistas hicieron en el año 2004 se encuentran tres asuntos tan poco importantes que no sólo han sido pasados por alto durante los cuatro años de legislatura, sino que tampoco van a ser tenidos en cuenta durante los cuatro años próximos: el aborto, la eutanasia y el intocable acuerdo entre el Estado y la Iglesia de 1979. Según El País, el PSOE ha descartado incluir en su programa electoral las medidas que puedan causar malestar en la Iglesia. Así, como suena.

Resulta curioso que un asunto como el de la interrupción voluntaria del embarazo no sea tratado por quienes se jactan de liderar la ley de violencia doméstica y otras defensas de la dignidad de la mujer. Parece contradictorio, aunque lo cierto es que, si uno examina con detenimiento una y otra cuestión, es fácil deducir que por un lado hay muchas posibilidades de captar votos y por el otro hay posibilidades también, pero de perderlos. La Iglesia sigue dando miedo. Y debe dar mucho, porque también va siendo ya hora de debatir si los españoles tenemos derecho a morir dignamente y nadie se atreve a decir nada a las claras.

El problema, no obstante, creo que está en otra parte. Me parece que todos sabemos que, tarde o temprano, se promulgará una ley que defienda la libertad de elección de una muerte digna y otra mediante la cual las mujeres podrán abortar, dentro de unos límites razonables de tiempo, sin tener que aportar argumentos, sin atenerse a supuestos legales y sin tonterías. Es como la libertad de culto, que parecía imposible durante el franquismo y, sin embargo, todos sabían que era una cuestión de tiempo. ¿Por qué poner trabas, entonces, al ejercicio de algo que será libre y legal en un futuro cercano?

(La foto de arriba está extraída de miradentro.com)

miércoles, 28 de noviembre de 2007

LA MINISTRA MAGDALENA ÁLVAREZ SE BURLA DE TODO EL MUNDO


Ayer, las noticias no podían tener más guasa. Una de ellas es cómica aunque tiene tintes de tragedia. Se trata de la más que dudosa pretensión de George Bush de mediar para la creación de un Estado palestino. Como ya decía el otro día, el tío no da una. Está claro que le importa un pimiento la dignidad de los palestinos mientras los judíos sigan financiando a su gobierno y que esta última salida responde al deseo de irse de la Casa Blanca con un éxito. Se acercan las elecciones norteamericanas y sólo ha cosechado fracasos, pero la elección de Oriente Medio como escenario ideal para obtener un triunfo político es insuperablemente idiota. O sea, en su línea.

Luego está el otro asunto. Para empezar, y siguiendo con el cachondeo, el secretario de Estado de infraestructuras ha dicho que este sábado estará resuelto el problema de Cercanías en Barcelona. Eso ya es de carcajada… o de revuelta, según se enfoque el asunto. Pero Barcelona no se parece a París en nada. Hace ya decenios que los barceloneses estuvieron de acuerdo en cambiar sus inquietudes por una imagen de diseño y asepsia que atrajese a los turistas. No en vano Barcelona es una ciudad que vive de espaldas a sus habitantes. Y si no, ahí están las fotografías recientes de unos hinchas de fútbol extranjeros burlándose de las más elementales normas cívicas ante la mirada complaciente de unos policías que no se lo habrían perdonado a los vecinos de la ciudad.

Pero le rien ne va plus ha sido, sin lugar a dudas, el plante de Magdalena Álvarez al pleno del Congreso que, precisamente, estaba tratando la reprobación de su gestión como ministra. Al parecer, como ya no sabía cómo burlarse más de todo el mundo, dejó clara su prepotencia llegando veinte minutos tarde a la sesión. No sé. El poder debe tener esas cosas: no hay quien quiera sacudírselo de encima. Me refiero a los que no tienen principios, claro. Porque la tal Magdalena Álvarez, por mucho que continúe en su puesto, pasará a la historia como la causante del desastre de cercanías de Barcelona y como la ministra que, con sus frases despectivas y su actitud, no mereció el cargo ni el respeto de los ciudadanos.

martes, 27 de noviembre de 2007

SARKOZY, LA CHUSMA Y MAYO DEL 68


Hace un par de años, en medio de una revuelta popular que puso en jaque a las fuerzas de seguridad francesas, el prepotente Sarkozy dijo que los revoltosos eran chusma y que, cuando él alcanzara el cargo de presidente, se habría acabado mayo del 68. Hoy podemos decir que ha cumplido su palabra. No estamos en mayo del 68. Estamos en noviembre del 2007 y la «chusma
» sigue enfrentándose a la policía en los barrios más difíciles de París.

BARRIO SÉSAMO PARA ADULTOS


En el año 2000 fui a Estados Unidos para visitar a uno de mis hermanos, a quien no veía desde hacía años. Entre otras, las principales conclusiones sobre los norteamericanos a las que llegué son:

1.- Todos los tópicos que uno tiene antes de pisar suelo norteamericano se hacen realidad a medida que pasan los minutos.

2.- Son decadentes.

3.- Viven envueltos en una plácida ignorancia, no tienen capacidad de crítica, creen que están siempre enfermos y tal vez tengan razón. Pero su principal enfermedad no es la obesidad, sino la obsesión por vivir de un modo tan aséptico y pretendidamente seguro que uno ya no sabe si realmente viven o sólo transitan. No conversan sentados en el parque. No se relacionan. Ni siquiera se rozan.

Ayer leí una noticia de terror. El DVD recientemente publicado en EE. UU. de los gags de los conocidos Teleñecos el Monstruo de las Galletas, Coco, Gustavo y los demás lleva el sello de Prohibido a los menores de dieciocho años. Esta vez se han pasao. No suelo estar de acuerdo con el proteccionismo abusivo de algunos Estados con respecto a los ciudadanos de su país. Ese autoritarismo suele conllevar un recorte de libertades a las que no estoy dispuesto a renunciar así, tan fácil. Lo siento, soy europeo. Pero a veces claudico, digo que no hay más remedio y procuro pensar en otra cosa. Es lo que me sucede, por ejemplo, con la proliferación de cámaras de vigilancia que hay en las calles y que, de un modo u otro, atentan abiertamente contra la libertad y, sobre todo, contra el derecho a la intimidad. Ya son casi indispensables para mucha gente y, por lo tanto, no hay razón para darse uno de cabezazos porque seguirán ahí y, además, nadie podrá impedir que haya más cada día. Pero ya me jodió cuando le quitaron el cigarrillo a Lucky Luke, por ejemplo. En mi opinión, tal cosa no responde a un auténtico interés por el bienestar de la ciudadanía, sino a una obsesión, a una fobia. O sea que casi no vale la pena hablar de las sospechas que han surgido acerca de una supuesta homosexualidad de Epi y Blas, pongo por caso, como si eso fuera lo que uno piensa en cuanto ve a esos muñecos o como si eso, en el caso de ser verdad, fuese realmente grave. Sinceramente nunca he pensado que Epi y Blas puedan ser plumas; pero, si lo fueran, me importaría muy poco.

Bueno, pues por lo visto han acusado al Monstruo de las galletas de incentivar a los niños a comer dulces y a convertirse, el día de mañana, en obesos neuróticos. ¿No harían mejor los yanquis en practicar un poquito la crítica de sus costumbres alimenticias en lugar de culpar de sus problemas a unos muñecos de peluche? Parece ser que algún enfermo norteamericano ha dicho que la secuencia en que un hombre invitaba a un vaso de leche a una niña puede llevar a alguien a practicar la pederastia. Daniel Anderson, quien fue asesor del programa en el pasado, ha tenido que decir que No había ninguna agenda secreta tras el programa, como si Barrio Sésamo pudiera ser un arma oculta de Bin Laden. Están locos. Y lo peor de todo, parece que eso se contagia.

No sé si es a causa de tanto mirar a Estados Unidos en el pasado, pero los españoles tampoco estamos libres de culpa. Muchos de los cómics, películas, revistas y libros publicados durante la Transición serían hoy impublicables. ¿Alguien se atrevería en estos tiempos a estrenar un largometraje como Laberinto de Pasiones, por ejemplo, en el que se hablase festivamente del consumo de drogas? La Movida madrileña, con sus colores, sus modas, sus músicas y lo demás, jamás habría existido si hubiese esperado unos años para darse a conocer. Y, la verdad, los que tuvimos la suerte de vivirla, podemos decir bien alto que, durante aquellos años, nos lo pasamos de miedo.

(El dibujo de arriba está extraído de ideoflexia.com. Seguro que hay algún enfermo que ve una relación antinatural entre Heidi y la cabra)