Cuando, en 1304, Giotto pintó una estrella con cola en La adoración de los Magos, no sabía que estaba originando toda una leyenda sobre la que luego se llamaría Estrella de Belén. Se supone que obtuvo el modelo del cometa Halley, que había sido visto unos tres años antes. No sé. Tal vez fue así o tal vez se inspiró en otro fenómeno, en un sueño o en cualquier otra cosa. En todo caso, a lo largo de la historia hay numerosos ejemplos de extraños objetos que sobrevuelan los cielos y que, por suerte, han sido reflejados por pintores y escultores. Con eso no quiero decir que se trate necesariamente de vehículos extraterrestres, pero a veces es bueno dejarse llevar por la imaginación para vencer a la rutina y al hastío de la vida diaria. Ahí están las obras, expuestas en iglesias y salas de arte de todo el mundo. Quiero dejar claro, de todas formas, que tanto la imagen de La adoración de los Magos como las que siguen a estas líneas han sido extraídas de una página web escrita por escépticos incorregibles que en ningún caso aceptan las hipótesis que busquen explicaciones fuera de los cauces de la razón. Pero ese es su punto de vista personal, claro, y cada cual puede pensar lo que le dé la gana. Por si acaso ahí van tres ejemplos más. El primero es un fragmento de La exaltación de
martes, 18 de diciembre de 2007
en 8:26
Etiquetas: Las Navidades, Religión
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