viernes, 21 de diciembre de 2007

EL NUEVO CANON DIGITAL O LA NUEVA EXCUSA PARA COBRAR


La guerra de Irak se cargó uno de los pilares en que estaba asentada esa libertad individual que tantos años y tantos muertos había costado lograr: la presunción de inocencia; o sea, la suposición de que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Es un asunto que los poderosos ya se habían pasado por la entrepierna en tiempos pasados, pero cuando Bush atacó Irak por si acaso, dejó claro de un modo oficial que la presunción de inocencia había sido borrada del mapa.

En España también sabemos de eso. No sé lo que dirán los juristas con su palabrería infumable, pero, desde el momento en que te obligan a soplar por el alcoholómetro sin haber cometido antes una imprudencia es decir, por el mero hecho de conducir, en mi opinión se está vulnerando el principio del que hablaba antes:

Sople usted aquí para ver si ha bebido.

—Pero si yo no he hecho nada.

—Eso lo decidiremos nosotros.

¿No suena a tiempos pasados? ¿No huele a comisaría franquista, a una sala con un único foco de luz en el techo y una mesa y una silla, a cartapacios cubiertos de polvo, a polilla? Por supuesto, no estoy defendiendo que se beba al volante, pero hay algo ahí que no cuadra: sin prueba ninguna, sin que uno se haya apartado de su carril ni haya sobrepasado el límite de velocidad, el policía del control no te cree inocente: supone que has bebido. Tampoco se ha de disponer de pruebas para acusar a la pareja de amenazas o malos tratos. La ley de violencia doméstica obliga al juez a ponerte a quinientos metros si tu pareja dice que le has maltratado. Basta con que lo diga. No necesita aportar nada en apoyo de su denuncia.

Y ahora, después de sugerir que somos unos borrachos y unos maltratadores, el gobierno va a imponernos el canon digital porque somos nada menos que ladrones en potencia. El argumento es tan fácil de entender como de desechar. En virtud de la cantidad de copias que la gente realiza —sean éstas de textos, imágenes, películas o música—, los aparatos reproductores serán más caros a partir de ahora. Así se compensará el pirateo. Bravo. También podían haber dicho: Ya que hay mucho chorizo por la calle, cada ciudadano que entre en una tienda deberá pagar un euro. Los móviles, por ejemplo, van a ser más caros porque se supone que yo, que no lo he hecho ni pienso hacerlo nunca, voy a bajarme politonos cada diez minutos. Es decir: los ciudadanos honrados van a compensar económicamente a las marcas por los robos que hagan los chorizos. Pero la clave está en el planteamiento final. Ya que, a partir de ahora, van a cobrarme un plus al comprar una fotocopiadora, una impresora, un CD, un teléfono móvil, un aparato de MP3 y qué sé yo cuántas cosas, ¿podré bajarme lo que me dé la gana sin que me llamen delincuente?

1 comentario:

Anónimo dijo...

El otro día fui a cenar con mi novia. Al finalizar la cena pedí la cuenta, y la repasé como hago siempre. Vi que me cobraban 5 euros de más y pedía explicaciones al camarero.

Me dijo: "El señor de la mesa del fondo tiene mala pinta, igual se va sin pagar, así que cobramos un canon entre el resto de clientes".

Viendo lo lógico del suplemento pagué la cuenta.

Esta nota irónica se puede modificar cambiando pequeños detalles como cambiar cena por CD.