miércoles, 5 de agosto de 2009

Algo pasa en Estados Unidos

Hoy he escuchado de nuevo la eterna noticia de una matanza a tiros en Estados Unidos. Como siempre, sin motivo ni razón. Un energúmeno ha llegado a un gimnasio y, por aquello del no sé qué, ha sacado un arma, ha matado a unos cuantos y luego se ha suicidado. De lo único que me alegro, por supuesto, es de que haya acabado matándose. Y no me alegro del todo, porque creo que merecería un castigo terrible, mucho mayor. Pero los cobardes actúan así. En cuanto al modo de enfocar la noticia… bueno. De eso podemos seguir hablando.

Los noticiarios siguen diciendo que el problema está en que las armas pueden adquirirse en cualquier esquina de Estados Unidos. Es cierto que en el supuesto país de la libertad todo hijo de vecino puede adquirir un arma cuando le dé la gana. Lo he visto con estos ojos que se han de tragar la tierra. Pero no creo que la raíz del problema esté ahí. Vamos, ni mucho menos. Hay un montón de países donde la venta de armas es tan libre como en Estados Unidos y donde no pasa nada o, por lo menos, no se producen esas matanzas repugnantes. Ahí está Israel, por ejemplo, donde tiene un fusil ametrallador hasta la madre superiora y nadie va a un supermercado a matar a quien esté merendando. Y eso que Israel no me gusta un pelo. Es un país al que le tengo cierta fobia. Pero es así y hay que ser justos. Tampoco sucede en unos cuantos países musulmanes, donde los Kalashnikof van a precio de risa. Entonces, claro, uno se pregunta: ¿Por qué sucede eso en un sitio y en otros no? ¿Por qué sucede eso en el país donde vale más quien más vende o quien destaca sobre los demás?

martes, 4 de agosto de 2009

Facebook

Alguien va a tener que inventar otra cosa porque, la verdad, al principio podía parecer divertido y, de hecho, tengo un amigo a quien el facebook le sirvió para despreocuparse del grave accidente que tuvo en moto. Durante los meses de recuperación estuvo pegado a la pantalla y soltó, minuto a minuto, cuantas memeces se le ocurrieron. Y me parece muy bien. También es cierto que, gracias al facebook, pueden recuperarse amistades de años pasados, de la juventud o incluso de la infancia. Pero a veces hubiese preferido no saber en mi vida de ciertos individuos que creía olvidados y que, por culpa de ese club de cotillas, han aparecido de nuevo en escena como si aquí no hubiese pasado nada. En fin…

Estoy empezando a cansarme de estas redes sociales de la madre que las hizo y me consta que no soy el único. Esos juegos insulsos y baratos como el de los secuestros, esas preguntas rápidas en las que se pierde la puntuación y toda norma ortográfica por las prisas de no sé qué (si tienes prisa, ¿para qué coño pones en marcha el ordenador?), esa exhibición de estupendas fotos de meriendas familiares que tanto nos gusta ver a los que no somos de la familia en cuestión… y, sobre todo, la imbecilidad elevada al cubo de según quién, que se cree con derecho a publicar frases como “Voy a ducharme”, “Mañana juega el Barça” o “Me estoy rascando el culo”. ¿Te estás rascando el culo? Pues bueno, pues muy bien, pues me alegro.

Lo dicho: alguien ha de inventar algo nuevo porque, por lo visto y leído, estas cosas degeneran a una velocidad de cohete. ¡Hasta el Papa se ha abierto un facebook para buscar amistades!


(El dibujo de arriba es de El Roto, of course)

lunes, 3 de agosto de 2009

Dan ASCO

Creo que, a lo largo de los años, de mis publicaciones y de todo lo demás, he dejado bien clara mi postura política y que no hay quien pueda dudar de ella. Soy anarquista. Y además, por convicción. No obstante, en algunas ocasiones he cometido el error de votar a algún partido porque he llegado a creer que las cosas podrían ir de otra manera si cambiaba el signo del gobierno. Bueno. Hoy se ha archivado la causa contra el presidente de la Generalitat valenciana acerca de unos trajes que supuestamente alguien le regaló a cambio de alguna miseria y no sé qué. La historia ha durado unos meses. Y no sé por qué, cuando los políticos se pelean, nunca pasa nada. Me importa un bledo de dónde hayan podido salir unos cuantos trajes cuyo precio no supera los doce mil euros. Sobre todo, teniendo en cuenta las cantidades que manejan estos tíos. Y me da igual si el tipo es del PP, del PSOE, del Partido Revolucionario Comunista Internacional o del Convento de las Agustinas. Pero este asunto me ha recordado a la comisión que investigó el asunto de los atentados el 11-M. La cosa duró un año. Y teniendo en cuenta que, desde el principio, todo estuvo y está bien claro, es sorprendente que nadie, absolutamente nadie, saliese con las manos manchadas. O sea que ahí dejo el mensaje de nuevo: dan asco. Que no cuenten conmigo nunca más. Seguiré con mi pelea, a solas o apoyado en las espaldas de compañeros que piensan lo mismo. Tal vez esté equivocado. Pero no soy inmoral.