De vergüenza. El Nuevo Diccionario Biográfico Español, que ha costado casi seis millones de euros al Estado, contiene algunas entradas más propias del franquismo más rancio que del segundo decenio del siglo XXI. Debería dimitir inmediatamente el director de la Real Academia de la Historia y todo su equipo, amén de almacenar todos los ejemplares de la magna obra en los sótanos de algún edificio en ruinas o reciclarlos para editar algo decente. Voy a citar algunas perlas.
Arzalluz no me cae muy bien. Las cosas, como son. Pero decir de él, en un Diccionario subvencionado por el Estado, que comparte objetivos con ETA me parece excesivo, denunciable y fuera de lugar. Decir que “el 24 de febrero de 1943, mientras celebraba la santa misa, el Señor le hizo ver al padre Escrivá de Balaguer la solución jurídica que iba a permitir la ordenación de sacerdotes a título del Opus Dei” es un insulto a la inteligencia. Y menospreciar el golpe de Estado de Tejero calificándolo de simple “suceso” es ya una declaración de tendencias fascistas.
Pero lo mejor de todo viene con Franco y Aznar. Sobre Franco, dice el Diccionario: “Generalísimo y jefe del Estado español”. ¿Generalísimo? ¿Qué cargo es ese? El de generalísimo fue un cargo que él mismo, o alguno de sus cómplices más cercanos, se inventó para demostrar que estaba por encima de los demás generales. Pero tal cargo no existe, que yo sepa, ni ha existido en ningún otro momento de la historia. ¡Vaya objetividad! Por suerte, a Franco no le dio por adjudicarse la categoría de santo. De haber sido así, el Diccionario diría: “Generalísimo, santo y jefe del Estado español”. Tampoco se dice en ninguna parte que fue un dictador. Claro que no.
Y lo de Aznar ya es de escándalo. El Diccionario dice que perdió las elecciones de 2004 a causa de “el aprovechamiento, desde la oposición socialista, del hundimiento del petrolero Prestige”. Toma ya. Todos sabemos que, si el PP perdió aquellas elecciones, fue a causa de haber protagonizado el episodio más repugnante de la historia de nuestra democracia: mentir a los españoles asegurando que el atentado del 11-M era obra de ETA, en lugar de admitir que era cosa de Al Qaeda, y solo de Al Qaeda, en venganza por la participación española en la guerra de Irak. Incluso el “suceso” o golpe de Estado de Tejero es más noble que el comportamiento de Aznar y los suyos en 2004. Tejero, equivocadamente, creía que lo que estaba haciendo era por el bien de España. Aznar y los suyos, al culpar a ETA del atentado, no lo hacían por el bien de España. Por supuesto que no.
(La foto está extraída de tiempodehistoria.com)