miércoles, 31 de octubre de 2007

EL DVD DE LA GENERALITAT… O DEL BARÇA

(Ah, ¿no es lo mismo?)

La Generalitat ha dado una nueva muestra de estar a años luz de los ciudadanos que gobierna editando un DVD de promoción de Cataluña Catalonia, Terra de Tots. Les Tres Bessones a la Catalunya Real que ha recibido críticas ya antes de su puesta en circulación. El presidente del Club de fútbol Espanyol, Daniel Sánchez Llibre, se ha quejado de que el Barça aparezca en el citado DVD como el único club deportivo de Cataluña, sin que se haga una mínima alusión a otros clubs catalanes como el Espanyol, el Joventut, el Nàstic o el Reus. Eso con el dinero de todos, claro. Ante la pretensión de la Generalitat de haber puesto en marcha una política de integración para los recién llegados mediante la publicación del DVD, Sánchez Llibre ha señalado que Da la impresión de que, para reforzar a la integración, se margine a los que estamos dentro.

Parece ser que el DVD se las trae. Entre otros agasajos y evidentes gestos de admiración al Club de Fútbol Barcelona —se sobrevuelan las instalaciones azulgranas en helicóptero, se habla de La Masía e incluso se canta el himno del Barça—, hay un momento en que se dice que Cataluña es el Barça, Cataluña es Ronaldinho, es Gaudí, es Dalí, es Pau Casals. Increíble. Desde luego, ya es grave que la denuncia provenga del ámbito del deporte al sentirse marginado el presidente de un club de fútbol con numerosos seguidores. Es aún más grave que a la Generalitat —como a casi todos los ciudadanos de Cataluña, por cierto— le parezca normal que el Barça sea una especie de elemento identitario de la cultura catalana. Es grave y triste, muy triste. Pero lo peor de todo es otra cosa.

Comparar a Ronaldinho con Pau Casals, Gaudí y Dalí es repugnante. Desde luego, Ronaldinho sobra en esa relación. Sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un futbolista profesional y que, lógicamente, dentro de un par de años puede vestir los colores del Real Madrid, por ejemplo, en cuyo caso habría dejado de ser el icono de Cataluña que los de la Generalitat pretenden que sea hoy en día. Podríamos hablar también de la supuesta catalanidad de Dalí, cuya carrera artística tiene más que ver con París y Nueva York que con Barcelona y cuyos amores por la tierra que le vio nacer se demostraron cuando legó toda su obra al Estado Español. A Cataluña no le dejó ni un pincel. Pero eso ahora da igual. ¿A nadie le ha importado que puedan compararse las luces de Ronaldinho con las de tres de los más grandes genios nacidos en tierras catalanas? Qué grande es el fútbol.


martes, 30 de octubre de 2007

LA INFORMACIÓN Y EL 11-M

Mucha gente creyó que, con la aparición de Internet, iba a ser más fácil demostrar hechos o verdades al disponer de una cantidad de información como nunca se había tenido. Otros, más quisquillosos o menos ingenuos, dijeron que algo harían los de siempre para que la información dejase de tener importancia. Poco a poco, la realidad ha ido dando la razón a estos últimos.

Antes de que Bush ordenase la invasión de Irak, todos sabíamos que Sadam Husein no tenía armas de destrucción masiva. En cualquier web de contenido político podía leerse que las pocas que tenía y que, por cierto, le habían vendido los Estados Unidos de América ya habían sido utilizadas en guerras del pasado contra sus vecinos. Sin embargo, aún hoy en día hay un alto porcentaje de ciudadanos norteamericanos que creen, no sólo que Sadam tenía un arsenal nuclear oculto en alguna duna del desierto, sino que estuvo detrás del atentado de las Torres Gemelas. La información, mil veces repetida para desmontar las mentiras de Bush y sus compinches, no ha servido para maldita la cosa. Irak fue invadido y las tropas invasoras siguen ahí, apoyadas por buena parte del pueblo de Estados Unidos.

Con el asunto del 11-M ha sucedido algo parecido. Es increíble que haya gente que pueda creer todavía que existió una relación entre los terroristas de ETA y los de Al Qaeda. Es increíble que alguien pueda creer que los representantes del Partido Popular han actuado honestamente al insistir en esa doble autoría nada menos que durante tres años, tres. No obstante, pese a la existencia de toneladas de papel escrito y pruebas y más pruebas que demuestran lo contrario, hay quien cree una y otra cosa. Los políticos conocen el truco para que eso suceda. Y lo utilizan con éxito.

De modo que ya no me extraña que alguien pueda creer al ex ministro Ángel Acebes cuando, con toda su pachorra y sin ninguna vergüenza, dijo ayer que su partido nunca ha sido responsable ni ha mantenido la denominada teoría de la conspiración acerca de la participación de ETA en la matanza. Pero es que el día de la sentencia es ya mismo. Y las elecciones generales están cerca.

lunes, 29 de octubre de 2007

EL MEDIO AMBIENTE Y LOS POBRES

Hace días, conversando con un conocido en la terraza de una cafetería, salió el tema de los vuelos de bajo coste. Mi amigo, al que le sobra tiempo y dinero para viajar a otro continente cada fin de semana, me soltó que, en su opinión, tales vuelos deberían estar prohibidos. Anda éste, dije, ¿Y a santo de qué? Respondió que esos vuelos son una de las causas de la proliferación de gases en la atmósfera y que, si no existieran, eliminaríamos una de las fuentes principales de la contaminación. Pasaron unos segundos. Luego otros. Al fin dije: Tú estás chalao, ¿no?

Al día siguiente leí en una revista algo por el estilo. Poco más o menos, también ahí decían que el uso de los aviones baratos ensucia el aire sobremanera y que, por lo menos, debería limitarse su tráfico. Dejé la revista sobre la mesa, me tumbé en el sofá y, mientras miraba el desconchado de una esquina del techo, me dije: A ver, aquí hay algo que no va o que yo no entiendo. Porque, entre otros razonamientos, yo estoy suscrito a esa revista y se supone que debería estar mínimamente de acuerdo con su contenido. El artículo hablaba del peligro de ese turismo efímero que llega, arrasa y vuelve a su tierra sin haber valorado nada más que el precio del billete. Lo llamaba turismo antiético en contraposición a un turismo más tranquilo, que dispone de tiempo, culto y, por supuesto, con mucho más dinero que el otro.

No cuadraba, claro. Prohibir los vuelos de bajo coste por esas razones sería como afirmar que los pobres son los culpables de la contaminación o que sólo los ricos tienen derecho a contaminar libremente. No cuadraba por ningún lado y, sin embargo, mi amigo y la revista se habían quedado tan anchos después de soltar la andanada, como quien habla con todo el sentido común.

Dos días más tarde volví a encontrar a mi amigo y nos sentamos de nuevo en la terraza de la cafetería. Le dije: De acuerdo, tío. He estado pensando en lo de los vuelos baratos y tengo la solución. Me miró, se echó al coleto un trago y dijo: Ah, ¿sí? Le respondí: Observa. Parece que hay que frenar los ímpetus turísticos de la gente o bien racionar los vuelos para no enguarrar más el ambiente, ¿no es eso? Me miró, pensó un poco y dijo: Sí. Luego continué: Y parece que hay que filtrar la cosa según el dinero que uno tenga, ¿verdad? Respondió, hartándose de razón: Claro. Como había sucedido en nuestro encuentro anterior, pasaron unos segundos. Luego otros. Y después dije: Entonces no hay problema. La posibilidad de viajar en aviones de bajo coste ha de estar limitada a aquellos cuyas rentas no superen cierta cantidad de dinero. Los demás, los ricos o quienes estén en camino de serlo, que se jodan. Mi amigo me miró con desprecio, soltó con desprecio un billete sobre la mesa y se fue con un gesto de desprecio. No tuve más remedio que concluir mi razonamiento a solas. Pensé: El secreto, por lo tanto y como ha quedado demostrado, está en la educación. Si los ricos hubiesen dedicado su dinero a educarse y a educar a los demás no habría nacido ese supuesto turismo antiético ni muchas otras cosas, pero como jamás han invertido su dinero en nada de eso, deben pagar ahora las consecuencias. Me pareció de una lógica aplastante; pero, por si acaso, decidí no dejar nada escrito al respecto en ninguna parte.


«Educar a un rico es inútil.

Y a un pobre… peligrosísimo» (Jardiel Poncela)


(La foto de arriba está extraída de www.elnidodelcuco.net)

domingo, 28 de octubre de 2007

BEATIFICACIONES EN SERIE


Un último apunte sobre este asunto. Llevo días criticando algo que iba a suceder este domingo y ya ha sucedido. La Iglesia católica ha beatificado de golpe a 498 supuestos mártires sin que haya podido oponerse a ello el tradicional Abogado del Diablo, suprimido por Juan Pablo II en fechas pasadas. Como dije en otra ocasión, todos esos nuevos beatos, menos siete, eran religiosos. Y todos ellos, incluidos esos siete, apoyaron la Cruzada del general Franco. Qué cosas.

Yo creía que para llegar a los altares había que contar, por lo menos, con un milagro en el currículum. Por lo visto no es así. Que yo sepa, últimamente nadie ha hablado de 498 nuevas curaciones inexplicables, 498 separaciones de las aguas ni 498 multiplicaciones de panes y peces. Y es curioso que sólo puedan acceder al título de santo, en primer lugar, casi exclusivamente los religiosos y, entre éstos, sólo los que cayeron a manos de las izquierdas. Respecto a los que Franco mandó ejecutar durante la guerra por lo menos unos 30y, sobre todo, los que persiguió durante los cuarenta años de dictadura bajo la acusación de ser comunistas u otras razones aún de mayor peso, ni una palabra. Eso ya es grave, porque significa que el Vaticano continúa con su apoyo descarado a una ideología política en concreto. Pero no es todo, claro. Porque tampoco subirán jamás a los altares todas aquellas personas que, siendo de un bando o de otro, se vieron inmersas en una guerra que no buscaron, que murieron sin saber muy bien por qué y que, por unas cosas o por otras, nunca vistieron sotanas ni hábitos que no fueran el mono de trabajo. Creo que, en el caso de buscar milagros, la Iglesia encontraría muchos más entre los esfuerzos de esa gente para poder sacar adelante a la familia que entre los sacerdotes, monjas y demás que, por esas cosas de la religión, no necesitaban buscarse la vida para comer, ni para vestirse, ni para nada de nada.

(El chiste de arriba es de El Roto, claro, y ha salido publicado en El País el 27 de octubre de 2007)

viernes, 26 de octubre de 2007

LOS CULPABLES DE TODO

Con el asunto del AVE han vuelto a dejarse oír las voces que culpan a Madrid de todos los desastres de Cataluña. Es una canción tan vieja que, aunque se siga cantando, ya casi nadie se cree la letra. Al menos, casi nadie que no milite en las filas de los partidos nacionalistas. Porque los nacionalistas sí se la creen. Está en su ideario que todo lo malo viene del exterior y no dejan pasar la ocasión de utilizar el concepto de culpa al modo de los cristianos, con quienes, por cierto, tienen muchísimas similitudes. Por ejemplo, la idea que forma la base de todo su pensamiento: Hace un porrón de años estábamos aquí tan ricamente y de pronto vinieron unos de fuera y nos jodieron el invento. Toma ya, qué fácil. ¿No suena eso a paraíso terrenal, a rancio, a cristiano de tiempos pasados? Pero volvamos a lo del AVE, que siempre ha dicho mi madre que a veces me excito al hablar y me voy por los cerros de Huelva o de no sé dónde.

El victimismo nacionalista persiste aunque su esencia esté herida de muerte. Cada dos por tres vuelven a oírse los ayes lastimeros y el nombre de los culpables de todo. En Cataluña siempre son los mismos: Madrid y el gobierno de España. Pues bien. Saben los que me conocen que no he nacido en Madrid y que tampoco me caracterizo, precisamente, por defender a ningún gobierno. Me importa un pepino, por cierto, dónde haya nacido la gente. Eso me enfrenta de nuevo a los nacionalistas, que no están orgullosos de lo que han hecho sino de lo que han heredado (léase el lugar de nacimiento, el idioma y las tradiciones). Pero dejemos lo quisquilloso y recuperemos la trama de lo que quiero exponer. Con lo del AVE, decía, han vuelto a quejarse los que nunca se responsabilizan de nada: Madrid o el gobierno de España no han invertido lo que nos corresponde en infraestructuras y por esa razón nos vemos como nos vemos. ¿Alguien se lo cree?

Para empezar, a cualquiera le cansa que una de las Comunidades más ricas de España esté quejándose continuamente. No voy a comparar la situación de Cataluña con la de otros rincones del Estado. Creo que basta con recordar que la emigración ha fluido siempre hacia Cataluña y nunca ha sido al contrario. Será por algo. Tampoco voy a acusar a todos los catalanes de pasarse el día llorando. Sé que sólo generalizan los tontos del culo y, además, una cosa es la catalanidad —la cualidad del que siente su tierra— y otra, muy distinta, el catalanismo —la pretensión de ser una especie de pueblo elegido. O sea que ya tenemos un par de conceptos claros. Y en cuanto a la acusación nacionalista de que Madrid no invierte lo suficiente y que Cataluña da más que recibe, debo decir algo que, me parece, cae por su propio peso.

Los que siempre han pactado los Presupuestos Generales del Estado con el partido que esté en el gobierno, sea éste del color que sea, son precisamente los nacionalistas de CIU. Bajo la excusa de favorecer a Cataluña les ha dado igual pactar con los socialistas que con los peperos, cosa que, por otra parte, han acabado pagando con dos derrotas electorales en las autonómicas. La situación, entonces, sólo puede plantearse de una manera. Quizás sea verdad que Cataluña no haya ni olido las inversiones que necesitaba para que todo funcione. En ese caso, los nacionalistas de CIU son los peores gestores del mundo, puesto que no habrían sabido llevar el agua a su molino pese a haber sido aliados del gobierno central durante casi treinta años. No obstante, puede haber sucedido lo contrario. Tal vez los de CIU no hayan sido tan malos negociantes y Madrid haya cedido a sus pretensiones a cambio de lo que sea. En ese caso, lógicamente, cabe preguntarse dónde ha ido a parar el dinero. Creo que no hay más que decir, aunque soy consciente de que, mediante no sé qué piruetas, algunos van a afirmar que Madrid tiene la culpa de que alguien haya razonado como acabo de hacer.

(La foto de arriba es un cartel de la Guerra Civil. Por sí mismo contradice la opinión de los nacionalistas, que no se cansan de predicar que se trató de una guerra entre naciones)

miércoles, 24 de octubre de 2007

LOS LÍDERES DEL PP, INSUPERABLES

No puedo resistir la tentación de escribir de nuevo acerca de las declaraciones de Rajoy sobre el cambio climático y las secuelas que han producido. Por lo general, cuando una persona con principios se equivoca, pide disculpas, rectifica y a otra cosa. Si esa persona en concreto es demasiado orgullosa para pedir perdón públicamente pero conserva cierta dignidad, se calla. Pero si la persona no tiene dignidad, ni principios, ni vergüenza, insiste en su error hasta rebasar el ridículo.

Que yo sepa, Mariano Rajoy no ha insistido en poner en duda que el cambio climático sea un problema mundial. No sé, tal vez se haya dado cuenta de la metedura de pata. Pero Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha comentado que comparte todas las opiniones de Rajoy y ésta de forma singular. Es un modo singularmente estúpido de proclamar a los vientos que la incultura, la obcecación en lo absurdo y la negación de la opinión científica deben dominar a la razón. Sin embargo, no acaba ahí la cosa.

Ayer dije como un chiste que, si el cambio climático no podía ser un problema mundial en opinión del líder del Partido Popular, el mencionado problema a escala planetaria debía ser la ETA. Pues bien. María San Gil, presidenta del PP vasco, ha afirmado que no hay que dramatizar con el asunto del calentamiento del planeta y que, a ella, lo que realmente le interesa es saber qué ha pasado entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la banda terrorista ETA. Pa cagarse.

OTRA AGRESIÓN RACISTA


Olvidando que hoy en día hay cámaras en todas partes, un energúmeno de 21 años ha agredido a una chica de 16 porque era latinoamericana. Los hechos sucedieron en el interior de un vagón de los ferrocarriles de la Generalitat y han dado la vuelta al mundo. El muchacho, sin dejar de hablar por el móvil, golpea a la chica en la cabeza, en el costado, le toca un pecho, le insulta y acaba sacudiéndole una patada en la cara. Parece ser que la chavala tiene ahora pánico a salir de casa y, mientras tanto, el agresor está en libertad con cargos.

En mi opinión, ese individuo debe ir a la cárcel. Y no por racista ni por violento, sino como premio al modo que tiene de comunicarse con los demás, para que siga desarrollando su actividad social en un medio apropiado y a solas con expertos en la materia. Allá, en la cárcel, seguro que encontrará a otros latinoamericanos hombres, en esta ocasión que estarán mucho mejor preparados para comunicarse con él de lo que estaba esa chica de 16 años.

lunes, 22 de octubre de 2007

RAJOY, AUNQUE PAREZCA INCREÍBLE

Pues eso. Aunque parezca increíble, Mariano Rajoy, líder del Partido Popular y aspirante a la presidencia del gobierno de España, ha dicho que el cambio climático no puede ser el gran problema mundial porque un primo suyo, que es físico, le ha dicho que no es posible predecir qué tiempo hará mañana en Sevilla. Después de gritar al mundo semejante verdad, ha tenido las narices de añadir: Entonces, ¿cómo alguien es capaz de predecir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?

Palabra que por poco me caigo. Creo que no voy a sorprender a nadie si digo que no comulgo con el ideario del PP y mucho menos con lo que puedan decir Rajoy, Acebes o Zaplana. Me parece que tampoco voy a sorprender a nadie al decir que, de hecho, no comulgo nunca y que, además, estoy bastante lejos de considerar la democracia como el único gobierno a tener en cuenta. Sin embargo, considero que la democracia que tenemos no está del todo mal y que, bueno, tampoco tenemos otra cosa y hay que apechugar con lo que nos ha tocado. Pero de ahí a aceptar que cualquiera pueda decir lo que le salga de los cojones va un abismo. Sobre todo cuando ese cualquiera es uno de los principales políticos del país.

No participo de las ideas del PP, ya lo he dicho antes. Tampoco me entusiasman los socialistas, aunque he de reconocer que me caen bastante mejor. Opino, no obstante, que en este mundo debe haber de todo y que, por lo tanto, está bien que haya un partido fuerte en el gobierno y otro en la oposición. Así está un poco equilibrada la cosa. No me gusta que ningún partido tenga la mayoría absoluta. Ni uno ni otro, ya que parece que no haya más. Pero exijo de ambos un poco de seriedad y de honradez. Estas últimas barbaridades de Rajoy, confundiendo las previsiones meteorológicas con el cambio climático al más puro estilo de Aznar o del propio Bush, son intolerables. Alguien con cerebro debería decírselo. Porque, además, si el cambio climático no puede ser el gran problema mundial, ¿cuál debería ser? ¿la ETA?

(La foto está extraída de www.luissolana.com)

viernes, 19 de octubre de 2007

LOS SANTOS QUE VIENEN

Como dije hace poco más de una semana, el Vaticano amenaza con beatificar a 498 nuevos mártires el 28 de este mes. No sé si alguien con sentido crítico ha pensado en las consecuencias que un acto semejante puede conllevar. Porque las acciones de la Iglesia, aunque a veces parezcan inocuas, tienen repercusiones en todo el planeta. Ahí están, si no, los muertos en vida que no pueden acabar de morir porque la Iglesia se opone a la práctica de la eutanasia, o la cantidad enorme de familias infelices por no haber evitado a tiempo tener aquel hijo no deseado, o la innumerable cantidad de enfermos de SIDA en el tercer mundo por culpa de la campaña que el Vaticano hizo hace unos años contra los preservativos. Parece que la Iglesia no pinta nada en este mundo, ¿verdad?

Entre otras cuestiones sociales, la Iglesia se ha dedicado durante dos milenios a la necesaria labor de fabricar santos. Un trabajo muy útil. No entiendo cómo pueden haber surgido oenegés de ayuda a los desfavorecidos si el Vaticano se ha ocupado siempre de esos menesteres. Porque los santos, aunque no lo parezca, cumplen una función imprescindible en nuestra vida moderna. ¿O es que no curan enfermedades, por ejemplo? Es curioso que no muevan una pestaña contra la injusticia mundial y que sólo dediquen sus esfuerzos a resolver asuntos particulares. Pero es que los santos hacen los milagros, sobre todo, por medio de sus reliquias; y el radio de acción de las reliquias, al parecer, no sobrepasa los tres o cuatro metros de distancia. De ahí que quienes buscan el milagro tengan que desplazarse hasta los santuarios donde están las reliquias mencionadas. Son esos despojos los que consiguen lo que no consigue la ciencia: pedazos de ropa, medallas, miembros que incomprensiblemente no ha corrompido el paso del tiempo. Hay reliquias de primera, segunda y tercera clase, según sean, respectivamente, partes del cuerpo del santo, objetos que tocó el santo o trozos de tela que hayan tocado una reliquia de primera clase.

Pues bueno. Por si no había suficientes reliquias esparcidas por el mundo, el Vaticano ha decidido que, a partir del día 28 de octubre, haya una inmensidad más. Las que corresponden a esos casi quinientos nuevos santos. Supongo que en breve aparecerán sotanas, calzones, huesos, muelas, uñas y otros objetos no menos insólitos y repugnantes. Todo vale. Y todo ha valido durante estos dos mil años de lógica cristiana. Mediante un panfleto anónimo, Lutero ya parodió en 1520 la colección de reliquias del arzobispo de Maguncia. Entre ellas había una de las monedas de plata que cobró Judas por traicionar a Jesucristo, restos del maná que Dios envió a los judíos en el desierto y dos plumas y un huevo del Espíritu Santo. Por cierto, el Espíritu Santo, ¿era paloma o palomo?


(La foto de arriba está extraída de http://static.flickr.com)

jueves, 18 de octubre de 2007

EUROGAMES 2008

El año que viene tendrá lugar en Barcelona la celebración de una especie de Juegos Olímpicos continentales para gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Se llaman Eurogames y, según he leído en la prensa, no va a ser la primera vez que se celebran.

La verdad es que, por una parte, me ha sorprendido leer semejante noticia y, por la otra, la historia me suena como algo muy oído, algo que me cansa de tanto ver que se repite, que me agota. No sé si estoy equivocado, pero siempre he creído que, en lo que respecta al deporte, la división entre hombres y mujeres se debe fundamentalmente a la diferencia de fuerza entre unos y otras. De ahí que nunca haya entendido que esa división exista en las competiciones de dardos, por ejemplo, donde la fuerza física no decide el resultado de la partida. Claro que tampoco estoy seguro de que el lanzamiento de dardos pueda ser calificado como un deporte. Y en cuanto a los deportistas que van a participar en los mencionados Eurogames, creo que tampoco deberían ser tenidos en cuenta como un colectivo aparte. He de reconocer que deportivamente no sé dónde cabrían los transexuales —aunque tampoco creo que haya muchos transexuales preparados para competir en unas Olimpiadas—, pero en lo referente a gays, bisexuales y lesbianas, pueden ser incluidos perfectamente en el mismo grupo que los heterosexuales. Sin embargo, la cuestión es otra.

En la España de los años treinta surgió un grupo anarquista y feminista que se llamó Mujeres Libres. Federica Montseny, la primera mujer que llegó a ser ministra en Europa y no sé si en el mundo —siendo, además, anarquista—, no comprendió las razones del nacimiento de dicho grupo. En su opinión, todas las reivindicaciones de Mujeres Libres estaban dentro del ideario anarquista y, por lo tanto, sobraba esa marginación. Pues bien. Con los participantes de los Eurogames parece que sucede lo mismo que con aquellas mujeres. ¿Quién les ha impedido su participación en los clásicos Juegos Olímpicos? ¿Alguien sabe de algún atleta que haya sido desclasificado, abucheado o simplemente despreciado por su orientación sexual? Los organizadores de la competición argumentan esas razones que digo que acaban por agotarme y que, desde mi punto de vista, también hacen que muchos otros se agoten. ¿Es necesario recordarlas? Me canso sólo pensando en ellas. Que si la homofobia, que si el desprecio encubierto, que si las burlas… En fin, lo de siempre. Y, claro, puestos a analizar fríamente la situación, el hecho de que unos individuos hayan decidido montarse las Olimpiadas por su cuenta sólo puede significar que no alcanzan el nivel de competición de los demás deportistas. Pero si además esos individuos pertenecen al colectivo gay, bisexual y lo que sea, es lógico que algunos piensen que sólo quieran hacer una fiesta de exhibición y mariconeo. No sé. Que cada cual haga lo que le dé la gana, por supuesto, pero que luego no me lloren con los lagrimones de los mártires y las víctimas profesionales.

miércoles, 17 de octubre de 2007

LOS AMIGOS DE ESTADOS UNIDOS

Desde la II Guerra Mundial, los Estados Unidos de América han bombardeado los siguientes países: China (1945-46), Corea (1950-53), China (1950-53), Guatemala (1954), Indonesia (1958), Cuba (1959-60), Guatemala (1960), Congo (1964), Perú (1965), Laos (1964-73), Vietnam (1961-73), Camboya (1969-70), Guatemala (1967-69), Isla de Granada (1983), Libia (1986), El Salvador (1980), Nicaragua (1980), Panamá (1989), Irak (1991-99), Sudán (1998), Afganistán (1998), Yugoslavia (1999), Afganistán (2002) e Irak (a partir de 2003). También han apoyado, bendecido y subvencionado los golpes de Estado y demás maniobras sucias que han llevado al poder a un buen número de gobiernos dictatoriales. La opinión del mundo sobre los Estados Unidos de América es, digamos, un tanto despectiva.

Pero para arreglarlo todo está el presidente Bush. Ese gran hombre ha sido honrado recientemente por una visita de quien se hace llamar su amigo, el Dalai Lama, a quien aún no entiendo por qué se le otorgó el premio Nobel de la paz en fechas pasadas. Supongo que han servido de algo los millones de euros que recauda dando conferencias por el mundo y que, en parte, utiliza para poner combustible a su avión privado. Pero la reunión de esos dos grandes ídolos espirituales (Bush y el Dalai Lama) ha encendido las iras de China. Parece mentira, ¿verdad? Sin embargo, las ansias de hacer amigos del presidente Bush no tienen límites. Después de sus esfuerzos por pacificar Irak, Irán, Afganistán, Palestina, Siria y todos los demás países árabes, el gobierno de Estados Unidos se ha granjeado la amistad de otro gran gigante, Rusia, al proyectar un frente de misiles al estilo de la guerra fría. Y por si eso fuera poco, está a punto de romper relaciones con quien tan estupendamente le ha servido para invadir Irak: Turquía.

Recuerdo que hace veinte años no todo el mundo tenía el concepto que tiene hoy en día sobre los Estados Unidos. Cuando me daba por incluir mi opinión al respecto en alguna conversación, aparecía el de siempre diciendo que gracias a Estados Unidos habíamos alcanzado nosequé beneficios y bla, bla, bla. Será como esas grandes ventajas que, demostrando su extensa cultura, auguró Jeff Bush si la República de España apoyaba el ataque de su hermanito a Irak. ¿Alguien se acuerda? Los Estados Unidos se han ganado a pulso la fama. Pero George Bush está superando lo que ya era increíble. Dentro de poco sólo apoyará a los Estados Unidos el 4% de la población mundial. Digo esa cantidad porque el 4% de los españoles estuvo de acuerdo en que Aznar enviase a las tropas a Irak. Es el mismo porcentaje de respuestas afirmativas que obtendríamos en el caso de que preguntásemos a la gente si Elvis Presley está vivo.

lunes, 15 de octubre de 2007

OTRA VEZ EL VELO

Esta tarde, de camino a la cafetería de costumbre, mi compañera y yo nos hemos tropezado con una escena de terror. El tráfico no se ha detenido, los estorninos del parque han continuado con su canto de otoño y los demás viandantes han seguido su camino como si no hubiesen visto nada fuera de lo corriente. Pero a nosotros se nos ha revuelto el estómago. Han sido diez segundos, apenas nada, una imagen que pretende ser normal y sin embargo no lo es o, por lo menos, no debería serlo: Un matrimonio ha cruzado la calzada con sus dos hijos pequeños. El hombre vestía camisa y pantalones y llevaba barba. En cuanto a la mujer, nunca sabremos nada de su aspecto: llevaba una túnica hasta los pies y un velo negro le cubría la cabeza y la cara. Sólo exhibía una rendija tras la que deberían estar sus ojos. De hecho, no sé si existía.

Lo primero que he pensado ha sido que, si yo fuese por la calle con la cara tapada de ese modo, la policía no iba a tardar ni un minuto en detenerme. Mi compañera me ha mirado y me ha dicho:
—Es un insulto para las mujeres.
—Y para los hombres —le he respondido.

Lo siento pero no puedo estar de acuerdo con quienes esgrimen la tolerancia en estos casos. ¿Por qué no son ellos tolerantes con todos los muertos que Europa ha tenido que sufrir para que podamos disfrutar de ciertas libertades? ¿Debemos tolerar una costumbre que, como la del velo, niega los derechos más esenciales de la persona? Últimamente está de moda el asunto del velo en los colegios. Hay quien dice que las niñas musulmanas no hacen daño a nadie por el hecho de acudir a clase con un pañuelo en la cabeza que, si bien no es un velo que les oculte el rostro, por lo menos lo recuerda. Dicen que lo llevan voluntariamente, que nadie les obliga. Ya. A ver si esas mujeres que llevan el velo o el pañuelo voluntariamente aquí, en Europa, pueden quitárselo igual de voluntariamente allá, en Arabia Saudí.

Como he dicho antes, la escena de la calle era terrible. Creo que mi hija se habría asustado al ver a esa mujer cubierta con la túnica como un fantasma. La verdad es que casi daba miedo. Pero es una costumbre y debe ser respetada, ¿no? En algunos países también es una costumbre que, por adulterio, las mujeres sean apedreadas públicamente hasta la muerte.

(La foto de arriba está extraída de www.mujeresenred.net)


EL PRIMER GRAN ATENTADO ECOLÓGICO

Hace años, cuando algunos éramos unos críos, la gente se tumbaba al sol y se iba poniendo razonablemente morena. Eso podía durar días, semanas e incluso más de un mes. Para todo el mundo estaba muy clara la diferencia entre los que habían ido a la playa y los que se habían quedado en casa o habían optado por otro destino de vacaciones. El moreno de la piel era un objetivo muy buscado por los veraneantes y el punto de partida de mil envidias. Pero tomar el sol era sano, como era sano ese dorado creciente que exhibían los que pasaban mañanas y tardes enteras bajo los rayos del sol.
.
Desde mi punto de vista, el hecho de tumbarse sobre una toalla durante las horas de más calor de julio y agosto es propio de masoquistas o de mártires cristianos, que, en el fondo, viene a ser lo mismo. No obstante, reconozco el derecho de cada cual para aburrirse según le venga en gana, sea carbonizándose en la playa o de cualquier otra manera. Y el asunto de broncearse no tendría ninguna importancia de no ser por lo que ha sucedido desde que se difundió la existencia del agujero en la capa de ozono; es decir, desde que se ha evidenciado una auténtica obsesión por tumbarse en la playa pese a los efectos nocivos de los rayos del sol, algo que lentamente ha ido dejando de ser un placer para convertirse en un vicio. Pero antes de continuar debemos echar un vistazo a los orígenes de todo esto.
.
Sin aviso previo, sin que nadie hubiese dicho nunca una palabra al respecto, hace veinte años nos dijeron que se había producido un agujero en la capa de ozono y que los culpables no eran las industrias pesadas, ni las bombas, ni las centrales nucleares, sino los ciudadanos de a pie —o sea, nosotros—, empeñados en utilizar desodorantes y neveras. La verdad es que tiene guasa. Nadie puso en duda que los europeos tuviésemos la culpa de que se produjera un cataclismo semejante nada menos que en el cielo de la Antártida, a miles de kilómetros de nuestro continente, donde nadie sabe qué se traen y se han traído entre manos las potencias que en su día se repartieron ese territorio helado. En el Polo Sur no vive nadie. Sólo hay laboratorios, tal vez bases militares y otras sedes misteriosas de investigación de ni se sabe qué proyectos. Pero todo el mundo está de acuerdo en que yo soy el culpable de la destrucción de la capa de ozono porque, después de ducharme, tengo la mala costumbre de ponerme desodorante.
.
Al margen de eso, el hecho es innegable: nos encontramos ante el primer gran atentado ecológico de la historia ¿Y cuál ha sido la respuesta de la gente? Ir a la playa para tomar el sol mientras se pone cremas para que no le dé el sol, o, lo que es lo mismo, mirar hacia otro lado. Es decir, seguimos haciendo lo mismo que cuando la capa de ozono no había sufrido el atentado: vamos a la playa y nos importan un pepino el sol, sus rayos, el ozono y la arena que pueda colársenos en el bocadillo. Nos desentendemos del desastre en lugar de tratar de solucionarlo, barremos la casa y ocultamos lo barrido bajo la alfombra. Estoy seguro de que la gente seguiría yendo a la playa aunque el mar se quedase sin una gota de agua, fingiría nadar en un océano de nada y continuaría haciendo colas interminables para poder volver a casa sudando y maldiciendo.
.
Pero aún hay algo más: hace poco me dijeron que alguien ha inventado unas cremas autobronceadoras. No sé por qué, me da la impresión de que eso no debe ser muy sano. Pero además creo que, del mismo modo en que la gente acudiría a la playa aunque ya no quedase agua en el mar, también lo haría aunque el sol se oscureciera para siempre; y se untaría allí, envuelta por la oscuridad de la noche eterna, las mencionadas cremas. Desde luego, no podría haber nada más idiota, pero así es el mundo. Y ahora le toca el turno a la última moda de concienciación ecológica. Se habla, y mucho, de las consecuencias que puede tener el denominado cambio climático. ¿Qué vamos a hacer ante ello? ¿También miraremos a otra parte?

sábado, 13 de octubre de 2007

LA LETRA DEL HIMNO DE ESPAÑA

Palabra de honor que no entiendo la obsesión que mucha gente tiene de poner letra al himno de España. Sin embargo es algo que ya sucedió de vez en cuando en el pasado. Que yo sepa, el himno tuvo una letra escrita por Eduardo Marquina, otra por algún carlista de nombre desconocido y una más por José María Pemán. Ninguna de ellas, no obstante, llegó a ser mayoritariamente aceptada ni a declararse como texto oficial.

Un himno debe ser visceral. La Marsellesa, por ejemplo, recuerda los tiempos gloriosos de la Revolución y de paso exalta el patriotismo francés. Es lógico que los franceses lo canten con pasión. Del mismo modo, La Internacional o el Cara al Sol tienen un contenido que obliga a sentir cada palabra y cada idea a quienes los cantan. Y es que los himnos deben inflar el corazón, nunca deben ser un experimento racional.

A pesar de eso, las voces de siempre insisten en la necesidad de una letra para el himno y, teniendo en cuenta el carácter de nuestros compatriotas, se trata de un asunto un tanto delicado. Para empezar, continúan existiendo las dos Españas de Machado. Lo que a una le satisface y le llena, a la otra le da arcadas. O sea que sería mejor que la letra del himno no incluyese la mención de ningún hecho de armas, por ejemplo. Eso, por no hablar de los logros de la Constitución de 1812 o de la de 1931, que algunos podrían considerar ofensas a su familia.

Las propuestas de letra que he escuchado desde hace un tiempo hablan de la Constitución, de la Transición y de las Autonomías. ¿Alguien imagina a nuestros soldados, formados y armados hasta los dientes, cantando a pleno pulmón alabanzas al Estado de las Autonomías? Pero hay algo más, naturalmente, y aún es mucho más ridículo. Si se habla tanto del himno es porque la gente quiere ver a nuestros deportistas cantándolo. Y volvemos a lo mismo. Aparte de que sea absurdo dotar de letra al himno de un país para que lo canten unos cuantos millonarios, ¿alguien puede imaginar a nuestros futbolistas cantando loas a la Transición antes de un partido frente a la selección de Brasil? Lo harían como quien cuenta ovejas para dormirse, de un modo rutinario y con desgana. O sea que dejémonos de imbecilidades. La música es música, nuestro himno no tiene letra y, en mi opinión, es mejor que siga así.

(La partitura de arriba está extraída de la página web de Altavoz del Frente)

jueves, 11 de octubre de 2007

UN PARQUE TEMÁTICO LLAMADO TIERRA


Isaac Asimov no acostumbraba a incluir extraterrestres entre los personajes de sus novelas de ciencia-ficción. En sus escritos, por lo general, la especie humana se había extendido por el Espacio y el planeta de origen, la Tierra, era un enorme complejo administrativo. La superficie terrestre estaba compuesta por varias capas de asfalto y cemento sobre las que se alzaban unos edificios destinados únicamente al trabajo burocrático. No había ningún río, ningún mar, ningún árbol. Si alguno de los personajes quería divertirse o irse de vacaciones, debía abandonar el planeta.

Así imaginó el futuro Isaac Asimov. Sin embargo, una vez vista la evolución de las cosas, creo que se equivocó. Desde hace una década, el planeta se ha convertido en una especie de parque temático para disfrute de los turistas. Salvo en los lugares donde hay guerra, todo está dispuesto para albergar a esos individuos provistos de cámaras fotográficas, pantalones cortos y una información del terreno muy superior a la que tienen los mismos lugareños. Los turistas —que no son, ni de lejos, los herederos de los viajeros de antes— conocen de antemano y palmo a palmo la ciudad o el monte donde van a ir de vacaciones. Luego llegan, van a toda prisa a los monumentos o a las arboledas que conocían previamente gracias a Internet y se hacen las fotos de rigor para enseñárselas después a los amigos. No es raro que, en esas reuniones posteriores al verano, haya dos o más personas que lleven fotografías casi idénticas en el bolsillo y experiencias muy parecidas para contar.

El romanticismo del viajero se acabó. O por lo menos el del descubridor de tierras vírgenes, de cumbres, de océanos, de pueblos de culturas desconocidas o, ya en estos tiempos, de raros ambientes urbanos y de barrios marginales. Eso, en lo que respecta a la Tierra, claro. Porque más allá, sólo un poco más allá, hay un espacio infinito y plagado de puntos luminosos que pueden ser el origen de millones de mundos como el nuestro. Bill Bryson, en su libro Una breve historia de casi todo, nos habla de la enormidad de las distancias siderales para que podamos hacernos una idea de cómo puede ser de grande eso de ahí afuera. Es necesario leer despacio sus palabras y pensar unos segundos para asimilar correctamente lo leído. Hablando sólo del sistema solar, una motita de polvo en nuestra galaxia que es una motita de polvo en el Espacio, dice: Las distancias son tales, en realidad, que no es prácticamente posible dibujar a escala el sistema solar. Aunque añadieses montones de páginas plegadas a los libros de texto no podrías aproximarte siquiera. En un dibujo a escala del sistema solar, con la Tierra reducida al diámetro aproximado de un guisante, Júpiter estaría a 300 metros de distancia, y Plutón a 2’5 kilómetros. A la misma escala, Próxima Centauri, que es la estrella que nos queda más cerca, estaría a 16.000 kilómetros de distancia. ¿Hace falta decir más? Esperemos que el Espacio nos devuelva ese romanticismo que nos han robado, la aventura, el placer de adentrarnos en lo desconocido.

(La foto de arriba es de acienciasgalilei.com)


miércoles, 10 de octubre de 2007

LA LEY DE LA MEMORIA HISTÓRICA


Supongo que hoy debería hablar de la famosa Ley de la Memoria Histórica, pero creo que no tengo mucho que decir. No sé. Por un lado creo que es necesario dejar las cosas claras para que haya justicia y, por otro, me parece que la ley en cuestión es totalmente inútil. En cualquier caso, hace tiempo que me convencí de que, en caso de que la ley viese la luz algún día, se disputarían el pastel los de siempre y dejarían al margen a quienes más merecieron que se les tuviese en cuenta. Por una de esas casualidades, el segundo editorial de El País de ayer, 9 de octubre, decía en su último párrafo: El franquismo privó a las víctimas de su vida o de su libertad, en ningún caso de su dignidad. Fueron Franco y sus correligionarios quienes renunciaron a la suya levantándose contra un régimen constitucional, asesinando a quienes lo defendieron con la ley en la mano y a quienes, aprovechando la indefensión de la República, se lanzaron a una revolución cuyos métodos no diferían de los que empleaban los facciosos. Vaya, hombre. Qué cosas. Esos de la revolución son los que más simpáticos me caen y, curiosamente, fueron también los que frenaron el golpe fascista sin apenas medios… porque los que defendieron el régimen constitucional con la ley en la mano no les dieron armas. Ante un levantamiento militar no se puede uno defender con la ley en la mano. De modo que no sé qué decir.

No merece comentario la necesidad de abrir cuantas fosas sean conocidas y buscar cuantas sean sospechosas de existir. Eso está claro. ¿Pero de qué nos va a servir que el gobierno español del año 2007 diga que los juicios franquistas fueron ilegales? Ya lo sabíamos. Franco tomó el poder ilegalmente y, por lo tanto, todas sus actuaciones posteriores fueron ilegales. No hay vuelta de hoja.

Está el asunto de las estatuas ecuestres de Franco y demás monumentos a favor de los sublevados o de exaltación directa de la guerra. Bueno. Hay quien dice que todo eso debería ser hecho pedazos sin miramientos. Yo antes matizaría un par de cosas. En cuanto a los monumentos de exaltación, no tengo nada que objetar. Y en lo que respecta a las estatuas de Franco, también de acuerdo… siempre y cuando se tiren al suelo del mismo modo las estatuas ecuestres de otros generales como la de Prim en Reus o la de Espartero en Logroño, por ejemplo. Ambos generales también se caracterizaron por su salvajismo y sus ansias de poder y, desde mi punto de vista, el hecho de que haya pasado más tiempo desde los días de Prim o Espartero que el que ha transcurrido desde nuestra última guerra civil, la del 36, no les da derecho a nada.

Quedan algunos puntos de la ley, claro está. Entre ellos, creo que el más delicado es decidir el destino de la tumba de Franco y José Antonio; o sea, el Valle de los Caídos. He oído voces que piden la demolición porque el monumento fue construido con el sudor, y en ocasiones la vida, de un buen número de prisioneros. Vale. Pero también las pirámides de Egipto fueron levantadas por esclavos y a nadie se le ocurre pedir que las tiren abajo. En mi opinión, el Valle de los Caídos debería ser transformado en un museo de la guerra y de la locura, en una enseñanza de lo que no debe ser el futuro. Porque el Valle de los Caídos fue la obra de un loco. Vale la pena visitarlo para darse uno cuenta de hasta dónde puede llegar la miseria de quien se hace con el poder o del poder mismo.

Ya he dicho que no se me ocurre mucho que decir respecto a la Ley de la Memoria Histórica. No obstante hay algo de lo que no me cabe la menor duda: después de que se promulgue la ley, si se promulga, las cosas estarán exactamente en el mismo lugar que antes.

martes, 9 de octubre de 2007

LA IGLESIA SE ACERCA AL PUEBLO


Desde que Juan Pablo II abolió la figura del abogado del diablo, hace unos veinticinco años, se han nombrado más beatos y más santos que durante el pontificado de los 263 Papas anteriores. El abogado del diablo era un personaje esencial para que todo estuviese en su sitio: frenaba los impulsos precipitados, las pasiones, las ganas de ir demasiado deprisa y, casi con toda seguridad, habría impedido las canonizaciones masivas que el propio Juan Pablo II llevó a cabo y las que se propone efectuar el actual Sumo Pontífice, Benedicto XVI.

El Vaticano va a beatificar a 498 nuevos mártires el próximo 28 de octubre. Se dice rápido, ¿verdad?: cuatrocientos noventa y ocho individuos que, de un plumazo, ascenderán a lo más alto en la jerarquía del Reino de los Cielos sin que nadie pueda poner en duda sus cualidades divinas. Todos ellos aplaudieron el alzamiento fascista de julio de 1936 y todos ellos, menos siete, eran religiosos. Es curioso que, desde la guerra que provocó el citado alzamiento —es decir, desde hace setenta años—, sólo se hayan declarado 468 beatificaciones y que, a partir del día 28 de este mes, habrá cerca de quinientas más. Creo que ésa es una señal inequívoca de la evidente decadencia de la Iglesia, que ya no se detiene a mirar la calidad, sino la cantidad. Y otra no menos inequívoca es la ausencia de personas laicas entre las propuestas para alcanzar los altares. Yo me lo guiso, yo me lo como, deben decirse los del Vaticano, Para santos, nos bastamos los que llevamos sotana. Y con eso demuestran que la Iglesia se aleja cada vez más del pueblo al que dice salvar del fuego eterno.

Juan Pablo II creyó haber exorcizado ese alejamiento con sus innumerables viajes por el planeta. Supongo que pensó que todo el mundo tiene dinero para volar en un avión privado y que, por lo tanto, a nadie le disgustaría esa iniciativa evangelizadora. No obstante, si el anterior Sumo Pontífice supo alejarse de sus fieles hasta una distancia interplanetaria, su sucesor, Benedicto XVI, aún ha conseguido llegar más allá. Para ello no sólo le han ayudado sus flirteos juveniles con cierta organización hitleriana, sino también el brillo de sus ojos, su aura, su sonrisa, ese nosequé que hace que salga guapo en todas las fotos. Y por si eso fuese poco, va el tío y hace un par de meses patinó de un modo tan evidente que habría avergonzado al propio Papa Borgia. Porque, en su afán de aproximar las cosas de la Iglesia al diario hacer de los mortales, ha permitido que la santa misa pueda darse… en latín. Sí, señor. Para ganar la confianza de la gente no hay como dirigirse a ella en un idioma que nadie habla desde hace más de mil años. Y lo bueno es que hay quien sigue la recomendación papal. Me consta que los domingos, en la catedral de Girona, se dan misas bilingües. ¿Alguien adivina en qué idiomas? En catalán y en latín. Y uno, que no por ver la tele deja de ser culto, se pregunta: ¿Y por qué en latín? ¿Y por qué no en arameo, que es la lengua que hablaba Jesucristo? De esa manera ya no habría ninguna posibilidad de que nadie se enterase de nada y el Vaticano, entonces, estaría a salvo de cualquier crítica.

lunes, 8 de octubre de 2007

AFGANISTÁN


Ayer se cumplieron seis años de la invasión de Afganistán. Mediante un ataque frontal del ejército más poderoso del planeta, el gobierno norteamericano pretendía, en primer lugar, derribar el régimen talibán —al que, por cierto, años antes había ayudado a instalarse en el poder—; luego, acabar con Al Qaeda; y, por último, destruir el terrorismo internacional. Ya desde el primer momento estaba claro que el primer objetivo era factible; el segundo, improbable; y el último, imposible. Veamos.

Es posible derrocar un régimen, sea el que sea, con un ejército profesional. Para eso han sido creados los ejércitos y, de hecho, el régimen talibán cayó casi a la primera. Pero, tras seis años de invasión, parece que la guerra no ha terminado del todo. Eso se debe a que los talibanes no eran un grupo de golpistas sin alma, sino el extremo de una creencia religiosa. En otras palabras: el asesinato de Franco habría acabado con el régimen franquista porque Franco era el franquismo. Pero los talibanes no son lo que son en vacío. Tienen detrás toda una religión y, si unos caen, otros ocuparán el puesto de los caídos. De modo que sí, es verdad que la invasión de Afganistán acabó con el gobierno talibán, pero no con los talibanes.

En segundo lugar, destruir un grupo como Al Qaeda atacando a sus protectores es muy difícil. La Casa Blanca pretendía acabar con los guerrilleros de Bin Laden al derribar el gobierno que les acogía. Nuevo error. La razón del disparate está en lo mismo que hablábamos antes: ni los talibanes ni los terroristas de Al Qaeda actúan movidos por un capricho, sino por firmes creencias religiosas. Al Qaeda puede desaparecer de Afaganistán, pero aparecerá en otra parte si sobrevive su ideología. Creo que a nadie se le escapa el resultado de la acción militar: cada guerrillero que muere se convierte en un mártir y, por lo tanto, el grupo se hace más fuerte día tras día.

El tercer y último objetivo ya roza la imbecilidad. Parece mentira que los generalazos yanquis no se hayan dado cuenta todavía de que es imposible acabar con el terrorismo internacional en una guerra abierta. Para empezar, el terrorismo es un método y, por lo tanto, sólo puede existir si existe una razón que lo sustente. Nadie es terrorista porque sí. Es absurdo pensar que matando a los terroristas puede acabarse con el terrorismo. Sólo analizando y atacando la razón que les hace ser terroristas es posible llegar a alguna parte. No de otro modo. Pero, además, el terrorismo es guerrilla; y la guerrilla nació precisamente como un modo de combatir a un ejército sin disponer de medios militares para hacerlo. Seis guerrilleros dispuestos a todo pueden desbaratar toda una formación de carros blindados. Aparecen, atacan, causan un estropicio formidable y desaparecen o mueren. Ante eso, el ejército más preparado del mundo no puede hacer nada. O sea que no, que declarar la guerra militar al terrorismo es propio de descerebrados. ¿Desde cuándo pueden combatir los tanques a las bombas antitanque?


(El chiste de arriba es de El Roto, claro)

domingo, 7 de octubre de 2007

LA DESAPARICIÓN DE LOS CÉNTIMOS


De nuevo aparece la cuestión del redondeo en los precios. En el año 2002, cuando cambiaron las pesetas por los euros, ya sufrimos un aumento brutal en todo lo que no fueran los sueldos. Un café, que hasta entonces valía ciento treinta y cinco pesetas —o sea, ochenta y un céntimos de euro—, pasó a cobrarse a un euro —es decir, ciento sesenta y seis pesetas y pico. Eso destrozó bastantes economías familiares. Y hoy en día, cuando aún no han podido recuperarse esas economías ni las familias afectadas, planea la amenaza de que desaparezcan las monedas de uno y dos céntimos y que vuelva a aparecer el temible redondeo.

Recuerdo que por aquellas fechas del año 2002 yo mantenía una intensa relación epistolar con mi hermano Carlos, que vivía en Estados Unidos con su familia. El tema general de las cartas versaba sobre la guerra de Afganistán, cuya evolución apenas podían seguir desde allí a causa de la censura norteamericana. Pero de vez en cuando hablábamos de otras cosas, y la entrada en vigor del euro fue algo tan importante que no pudimos pasarla por alto. Reproduzco parte de una de las cartas que envié. Después de una introducción de carácter familiar, decía:

Al principio parece difícil manejar la moneda nueva, pero luego te das cuenta de que no lo es tanto. De hecho, es muy fácil. Basta con realizar un simple cálculo mental: multiplicar el precio del producto por 166’386. Voy a poner un ejemplo bastante común. Si te piden tres mil doscientos setenta y cinco euros por un rosario bendecido por el Papa, es que te están intentando estafar. Aparte de que nunca sabrás si realmente está bendecido por el Papa, las cuentas no salen. Tres mil doscientos setenta y cinco euros son quinientas cuarenta y cuatro mil novecientas catorce pesetas con quince céntimos. ¿Y quién sabe cómo ha hecho el redondeo ese tío, que, además, tal vez esté intentando endosarte un rosario bendecido por su abuela? Seguro que el muy cabrón redondea al alza y estás pagando quinientas cuarenta y cuatro mil novecientas quince pesetas por un rosario que, como mucho y en el caso de haber sido bendecido por el Papa, cuesta sólo quinientas cuarenta y cuatro mil novecientas catorce pesetas con quince céntimos.

Dentro de poco, cuando vuelva el redondeo a causa de la desaparición de las monedas pequeñas, sucederá otro tanto. Por suerte, los que en su día compraron un rosario bendecido por el Papa ya no necesitan otro. Es un artículo de uso escaso y, además, con uno basta y sobra.

miércoles, 3 de octubre de 2007

UNA NIÑA CON UN PAÑUELO


Un colegio de Girona ha sido obligado por la Generalitat de Cataluña a permitir que una niña de nueve años acuda a clase con un pañuelo en la cabeza. Parece ser que es cosa religiosa y que el derecho de escolarización pasa por delante de todos los demás. No se trata de un velo que le tape la cara como a un delincuente, todo sea dicho, sino de un pañuelo —el llamado hiyab— que le cubre todo menos el rostro: o sea, los hombros, el cuello y el cabello. Eso no puede impedir, sin embargo, que hagamos una reflexión.

Pongamos por caso que yo sea creyente, que tenga una hija —que de hecho la tengo, si bien de cuatro años—, y que mi religión, Los Seguidores del Primo Bizco del Profeta Condemor, me exigiera que mi hija vaya a clase con un cucurucho enorme en la cabeza al modo de los nazarenos de Semana Santa. ¿También el derecho de escolarización pasaría por encima de eso?

Por supuesto, pueden decirme que me estoy burlando de la gente o, en el mejor de los casos, que lo mío sería una secta y no una religión. Respecto a lo primero, no sé si se burla más quien critica la falta de sentido común con un chiste o quien, lejos de su tierra, exige que se le respeten unas costumbres que no encajan en el puzzle de la moral de los nativos. Y en cuanto a si lo mío sería secta o religión, recordemos que una religión no es más que una secta con éxito.

(El cómic de arriba se titula Persépolis, y es de Marjane Satrapi)


martes, 2 de octubre de 2007


EL PRECIO DEL PLANETA


Hace años había unos individuos que recorrían el barrio recogiendo cartones, papeles, botellas de cristal y otros objetos que los demás tiraban a la basura. De eso sobrevivían. Por lo general eran ancianos desdentados, mal afeitados y peor vestidos, una imagen que, no sé si por ser de aquellos tiempos, sólo consigo recordar en blanco y negro. Pero no quiero hablar de mis recuerdos. El caso es que esos sujetos ya no recorren el barrio como antes porque su modo de ganarse la vida está prohibido. Nadie puede mendigar y mucho menos intentar sobrevivir de la venta del cartón o de las botellas vacías de champán. ¿Alguien sabe por qué?

Es curioso que hoy en día sean precisamente los ayuntamientos quienes se encargan del negocio del cristal y el cartón. Y es aún más curioso que hayan impuesto unas normas cívicas al respecto: quien no cumpla separando las basuras es un mal ciudadano, estará mal mirado y, además, es susceptible de ser multado. Yo procuro comportarme como un buen vecino, claro está, pero eso no impide que de vez en cuando me haga algunas preguntas. Por ejemplo: ¿Es posible que los ayuntamientos se hayan hecho tan altruistas que dediquen buena parte de su presupuesto a una labor que no redunda en sus cuentas bancarias y sólo beneficia al planeta? No sé, pero me huele que, con la excusa del civismo, hemos sacrificado a esos desgraciados de la recogida del cartón en beneficio de las instituciones.

Por otra parte, dice Roberto Saviano en su libro Gomorra ­—un trabajo muy interesante, por cierto—, que el negocio de los vertidos tóxicos está en manos de algunas familias o clanes de la Camorra. Por supuesto, ignoro si eso es cierto; pero si lo es —y no hay por qué dudarlo después de analizar cómo razona Saviano—, lo que está claro es que ese negocio produce unos beneficios enormes. Da no sé qué dar todo ese dinero a unos delincuentes, ¿verdad?

Desde hace un tiempo tengo muy claro que los coches dejarán de funcionar con gasolina cuando los empresarios del petróleo se hayan hecho con los mandos del negocio de los biocombustibles o de los coches eléctricos, que lo mismo da. Y tras eso llegará todo lo demás o, lo que es lo mismo: el planeta sólo podrá sobrevivir si los millonarios de hoy en día ven la posibilidad de seguir siendo millonarios el día de mañana. De ninguna otra manera dejarán de utilizarse las energías contaminantes, ni con declaraciones internacionales, ni con revoluciones, ni mucho menos con campañas de sensibilización ciudadana. Alguien ha de enriquecerse con el negocio de las basuras para que el planeta sobreviva, ¿no es cierto? Entonces me parece que no me importa mucho si quienes lo hacen son los empresarios del petróleo o los jefes de la Camorra. Los mendigos, los chatarreros, los que hacían una labor ecológica sin saberlo, seguirán desapareciendo de un modo u otro.

lunes, 1 de octubre de 2007

LA QUEMA DE LAS FOTOS

Parece ser que, después de que unos cuantos energúmenos quemasen la foto del rey en varias plazas públicas, don Juan Carlos Primero ha renunciado al trono; la Familia Real, desolada y envuelta en un mar de lágrimas, ha huido a Manchuria y en España gobierna una Junta Democrática que guiará al país hacia la gloriosa Tercera República.