A la venta 90.000 informes secretos

A veces me han dicho que me excedo dando la vuelta a las cosas, que busco donde no puede haber y que, de esa manera, al final sólo puedo encontrar conjeturas y conclusiones raras. Bueno, quizás.

Lo que es cierto es que hay cosas que no me las creo ni a patadas en los dientes. Tal vez no alcance a comprenderlas, pero no por eso dejo de dudar de ellas e incluso de tenerlas por falsas o, cuando menos, engañosas. Porque, la verdad, me resulta muy difícil de creer que se hayan podido filtrar nada más y nada menos que 90.000 informes secretos del gobierno de Estados Unidos acerca de la guerra con Afganistán. Son informes que hablan de masacres ignoradas hasta ahora, de traición entre países, de la existencia de grupos norteamericanos de exterminio y, en fin, de guerra sucia. Parece claro que a Obama no le conviene que eso se conozca. Pero sólo lo parece. Voy a ver si me explico.

Desde mi punto de vista, los del Departamento de Inteligencia de Estados Unidos deben ser mucho más inteligentes que yo, claro, porque en caso contrario no pertenecerían al Departamento de Inteligencia, sino al Departamento de los Burros. Es de cajón. Y estoy convencido de que a mí, sin ser de ningún Departamento de Inteligencia, no se me habrían escurrido 90.000 informes secretos. Quizás uno. Tal vez dos. Pero no noventa mil. Porque, además, ¿no se arma la de Dios es Cristo cuando desaparece el triste apunte del pago de unas grapas en una entidad bancaria cualquiera? Y esos 90.000 informes, ¿estaban en la misma carpeta, en el mismo armario, a la espera de la llegada de los espías? Desde luego huele a chamusquina, por no decir otra cosa.

Pero es que el asunto huele mucho peor cuando, tras echar un vistazo a las hemerotecas de los periódicos, veo una noticia, fechada hace justo una semana, en la que se advierte de las dificultades que tienen la CIA y demás empresas inteligentes para guardar tanta información secreta como la que se ha ido generando desde el ataque a las torres gemelas. Hace justo una semana. ¿No parece un poco raro?

(La foto está extraída de lahistoriadeldia)