sábado, 26 de enero de 2008

PAREIDOLIA


Aunque el Diccionario de la Real Academia no diga nada al respecto, por pareidolia se entiende la percepción errónea y consiguiente confusión de una imagen por otra. Sería el caso de los dibujos que nos parece ver en las nubes o en el fuego, por ejemplo, o las figuras que aparecen en las manchas y los desconchones de la pared. Me acordé de la pareidolia el otro día, cuando se difundió por Internet la fotografía del supuesto habitante de Marte que había publicado la NASA.

El humanoide en cuestión puede ser efectivamente un marciano congelado, un venusiano de vacaciones o el mismísimo Benedicto XVI en el planeta donde suele estar cuando trata de entender a los demás mortales, pero también y es la tesis más probable puede ser una pareidolia; es decir: la sombra de una roca o un efecto producido por la pigmentación de la foto.

En cualquier caso os invito a ver tres muestras de pareidolia. Una de ellas nos la ofrece la Naturaleza. La segunda es obra del hombre. Y la tercera, aunque también fue obra del hombre, habría sido mejor que nunca hubiese existido.





(Las imágenes están extraídas de forteantimes, noantri.com y geneura.ugr.es)


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues podría ser perfectamente lo que estás diciendo pero también parece un terrorista con capucha y faldas largas.

Anónimo dijo...

En la práctica de la contemplación zen este fenómeno es muy común, es una de las formas que toman los "makyo", -se traduce por demonios aunque su sentido no es exacto-, son tensiones de la mente que tratan de distraer nuestra atención. Cuando estamos relajados, la mente se "abisma" en "nuestro interior" (o en "nuestro exterior", según otras prácticas), es un viaje de ir madurando hasta llegar a lo primordial, lo natural, de nosotros mismos. Pues bien,en ese viaje hay un nivel llamado el silo, un depósito que contiene todo pensamiento, toda vivencia, rechazada por el yo o no integrada. Cuando nos relajamos, esa "basurilla mental" emerge y se muestra, al no poder ser reconocida por el yo, se proyecta y forma imágenes ante nuestros ojos aprovechando las formas de lo que tenemos delante.

Hola Sessar, tu blog es un placer, te mando un abrazo bien guapo.

Anónimo dijo...

Ole mi hemmano

Anónimo dijo...

Por cierto César; si el humanoide era Benedicto XVI, le han pillao cagando, pareidóiamente hablando, claro.