viernes, 18 de enero de 2008

EL SINSENTIDO DE CIERTAS HUELGAS


Hace ya tiempo que me quejo de las huelgas que llevan a cabo los trabajadores de la RENFE, por ejemplo, o de cualquier otra empresa que, para reivindicar sus derechos, en lugar de enfrentarse al patrón, hacen pagar el pato a los que no tenemos nada que ver con sus guerras. Durante un año y medio viajé en tren por motivos de trabajo y durante un año y medio tuve que sufrir constantes retrasos, parones e incluso anulaciones de salidas del convoy porque los trabajadores de la RENFE querían cobrar más o trabajar menos o yo qué sé. Parecería que, desde su punto de vista, tanto yo como los demás viajeros teníamos la culpa de sus desavenencias con la empresa y por eso nos puteaban. Me quejo de eso a menudo, y a menudo se me critica por mi falta de solidaridad. ¿Mi falta de solidaridad? ¿Por qué no se solidarizaban ellos conmigo?

El colmo es la huelga de funerarias de Girona que menciona hoy El País. Parece ser que ayer, en medio de un entierro en la localidad de Banyoles, hubo un enfrentamiento entre un piquete y sus compañeros no huelguistas como si la situación se produjese ante las puertas de una nave industrial. Fue necesario que interviniese la policía para calmar los ánimos. Supongo a los familiares del difunto, mientras tanto, alucinando pepinillos de colores ante lo que estaban viendo. Pero el colmo de los colmos llega cuando los sindicatos denuncian a la empresa por vulnerar el derecho de huelga al contratar personal ajeno para seguir realizando entierros.

Incluso el decreto de servicios mínimos de la Generalitat está mal. Según dice, en caso de huelga no se enterrará ningún cadáver hasta que las cámaras frigoríficas estén colapsadas. Cojonudo. Imaginemos que muere un familiar nuestro y que debemos esperar para enterrarlo hasta que los trabajadores de la empresa funeraria consigan flexibilizar su jornada de trabajo o aumentar su salario en un diez por ciento o disponer de veinte minutos más para merendar. ¿Realmente creen esos trabajadores que alguien va a comprender su causa? No estoy en contra del derecho de huelga, por supuesto, pero éste no debería pasar nunca por encima del derecho de quien no tiene nada que ver con el conflicto que pretende solucionar la huelga mencionada.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hombre, por fin alguien pone palabras a mis pensamientos. Yo también he acabado harta de que me llamen insolidaria por la misma razón. Estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que has dicho.

Recuerdo que, durante los diez años que estuve trabajando en la empresa relacionada con el campo de la medicina, cada vez que el personal de un hospital hacía huelga, se me acusaba de insolidaria porque no me parecía bien. Y yo me preguntaba: pero ¿a qué le llaman "servicios mínimos" en un hospital? En un hospital todos los servicios deben de ser absolutamente imprescindibles, y con más razón en los de la Seguridad Social. No creo que en estos hospitales den servicios "extras".
Pero lo que me parece el colmo de la coerción y un atentado contra la más elemental libertad es el tema de los piquetes, o las malas caras que tienen que recibir los que no están de acuerdo y deciden trabajar.
He dicho.