sábado, 14 de abril de 2012

Las últimas medidas turulatas del gobierno


Los que hacen las leyes en nuestro país están actuando de un modo, cuando menos, sorprendente. No legislan según el concepto que puedan tener de la moral o la justicia, sino según lo que vaya pasando. Sí, ellos, que acusaban a los otros de improvisadores cuando las cosas estaban al revés y eran los otros quienes mandaban y ellos estaban en la oposición. Para tomar decisiones, nuestro gobierno actual (o sea, ellos) mira y remira vídeos y fotografías, observa lo que hacen los “malos” y entonces crea la ley. Por ejemplo, viendo que es complicado actuar contra la resistencia pasiva, muy utilizada por los pacifistas, los del 15-M y demás jipis, van a elevar a ésta a la categoría de delito y, así, será delincuente quien se siente en el suelo cuando cargue la policía. Era una medida que había que tomar con urgencia, sí señor: convertir en delincuente a quien no quiera tortazos.

Otra medida turulata de estos últimos días es multar con el 25% del importe los pagos en metálico que superen los 2.500 euros. ¡Cuánta sabiduría, mi madre! Pretenden luchar contra el dinero negro y, como mucho, van a conseguir que se fraccionen los pagos. En lugar de hacer un pago de 3.000 euros de golpe, lo haré en dos tandas y tan contentos. Pero es que, por otra parte, piensan sancionar con el 10% a los defraudadores, a los que oculten grandes cantidades o traten de llevárselas al extranjero. Es decir: multarán con el 25% al que tenga 3.000 euros y con el 10% a quien tenga un millón.

Pero la medida más alucinante es la que premia al delator de los defraudadores. Eso es convertir a los ciudadanos en soplones; y al país, en un Estado policial más propio de las novelas de Ciencia Ficción que de la Europa actual. Es increíble. Pero además se dará el caso de que los que acusaban a los socialistas de dividir España en un puñado de autonomías (o sea, ellos) pretenden ahora que delatemos al vecino, dividiendo España en barrios o incluso en comunidades de vecinos. Los otros lo hicieron mal, desde luego; pero ellos están llevándose la palma del ridículo en solo cien días.

Lo peor de todo es que siempre están ellos o los otros en el poder y que, según dicen los partidarios de ellos o de los otros, no hay alternativa. ¿Cómo que no hay alternativa? Lo mismo decía Franco de sí mismo; o sea, él. ¿Seguro que no hay alternativa? ¿Seguro que solo podemos elegir entre ellos o los otros? A la mierda, hombre.

(La imagen está extraída de anuariojolyandalucia)

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