Empanada es a gallega como pequeño a homenaje o espectáculo a dantesco. ¡Hay que ver qué bien hablamos! Utilizamos comodines para no tener que pensar en esa palabra concreta que hay para cada caso. Por ejemplo, abusamos del término importante, del que ya he hablado en alguna ocasión, y así podemos encontrarnos con unas “nubes importantes”, unos “pómulos importantes” o una “mirada importante”.
No deja de ser curioso que, además, quienes peor hablen sean los profesionales de la palabra, llámense políticos (que últimamente no paran de “reiterar” cosas) o presentadores de televisión y periodistas en general. Pero, sin duda alguna, quienes hablan peor entre todos esos son los cronistas de fútbol, cuyas obsesiones les llevan a hacer el ridículo constantemente. Los muy individuos no pueden evitar sentirse protagonistas de sus crónicas y para dejarlo claro inventan términos o abrevian expresiones de un modo absolutamente gratuito. Al principio es cosa de un solo cronista que quiere dejar la firma, pero luego esos términos se extienden y al final los utilizan todos los colegas de profesión sin vergüenza alguna. Por ejemplo, llamar “guardameta” al portero ya es de por sí ridículo, pero al que se le ocurrió llamarle “Can Cervero” habría que haberle pegado una paliza. O dos. Para quien no lo sepa, el Can Cervero era un perro de tres cabezas que guardaba las puertas del Hades en la filosofía griega, y el listo de turno creyó que, si guardaba una puerta, podía comparársele con el portero del Depor, pongo por caso.
También es muy divertido que el árbitro sea el “colegiado”, así, por las buenas o por no llamarle “el señor de negro”, que huele a entierro. O los supuestos sinónimos de “pelota”, como “el cuero”, “la bola” o, lo que ya es el colmo, “el esférico”. Cuando llega a “puerta”, “el cuero” sólo puede pasar “rozando el larguero”, ir “ligeramente desviado” o “directamente fuera”.
Y no me parece mal que llamen “merengues” a los del real Madrid por vestir de blanco, pero lo que es del género tonto es llamar “submarino amarillo” al equipo del Villarreal porque van vestidos de amarillo o llamar “la naranja mecánica” a la selección holandesa porque van de naranja.
En fin, que hablamos de puta madre.
(La foto está extraída de blogs.clarin)
1 comentario:
Lo último que he oido es "encimar", que creo que quiere decir más o menos "echarse encima"
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