domingo, 7 de febrero de 2010

El dinero de la Iglesia


El viernes pasado viajé a Burgos para presentar un libro. Los muchachos de la biblioteca donde tuvo lugar el acto nos trataron estupendamente bien y quedamos citados, al día siguiente, para ver un poco la ciudad. La verdad es que me gustó. Me gustaron las calles, el castillo, el espolón, todo… salvo una cosa: Para entrar en la catedral hay que pagar. Y no sólo hay que pagar, sino que hay que pagar bastante. ¡Cinco euros por cabeza!, tócate la pera, casi mil pesetas. Íbamos cuatro; o sea que, de un plumazo, la Iglesia se embolsaba veinte euros.

Hace unos días discutí con una prima mía sobre el dinero de los curas. Le dije que, entre otras cosas, es inmoral que el banco más poderoso del planeta pertenezca a la Iglesia. Mi prima, que es católica practicante (y mucho), me respondió lo de siempre: “No querrás que el Vaticano venda sus riquezas, ¿no? Si lo hiciera no podría seguir ayudando a los pobres”. El argumento es ridículo, pero aun así no ataqué por ese lado. Porque, en mi opinión, la cuestión es otra: ¿Seguro que el tal Jesús estaría de acuerdo en acumular tanta riqueza o iría al Vaticano con el látigo para expulsar a los cardenales como hizo con los mercaderes del templo?

5 comentarios:

Manel Vilas dijo...

¿ Pero al final entraste o no a la catedral ?...conciéndote seguro que no...

Saludos !!!

Manel

César dijo...

Entré.

moncho dijo...

Buena comparación. Yo creo que en realidad hay dos iglesias, por un lado la del tal Jesús, y por otro la del emperador de Roma. Hace un tiempo tu te preguntabas en este blog qué hacían los cristianos en Roma, por qué fueron allí. Yo siempre me he preguntado otra cosa, cómo consiguieron pasar de ser perseguidos a hacerse con el imperio.

He llegado hasta el concilio de Nicea, en el siglo IV. Parece ser que allí ocurrió tal cosa, pero por más que busco no encuentro una razón convincente. En los libros se le da mucha importancia al hecho, pero no se explican bien las causas. El caso es que desde aquel momento los cristianos comenzaron a dominar el mundo, y la religión de los pobres se convirtió en otra cosa. Entre Jesús y el emperador media un abismo, no sé cómo lo pudieron saltar.

moncho dijo...

Por cierto, me quedo con la de Jesús, la otra no me interesa.

Barney Stinson dijo...

Cuando vas a cualquier ciudad (y no solo de nuestro pais) te das cuenta que todo (o casi todo) gira en torno de la Catedral (que es, generalmente, el monumento más grandioso y espectacular del lugar... bastante por encima de monumentos civiles como, por ejemplo; los ayuntamientos). La Iglesia siempre ha querido exibir su poder (y no ocultarlo) e incluso compitiendo entre sus propios "poderes". Catedrales como la de Amiens, la de Milán, la de Sevilla o la de Santiago (por supuesto la de Burgos también) lo demuestran. En todo caso, que seria de muchas ciudades sin esos focos de interes turistico ?(y cultural , porque no decirlo). Que seria de Santiago sin su plaza del Obradoiro y su Catedral?. Ese fue y es el Imperio. Ese , tambien, su poder. Y los otros poderes ,han estado al lado de la Iglesia; porque son más de lo mismo.
Y no solo aqui. Mezquitas, Sinagogas, etc... demuestran el poder que el hombre otorga a sus "dioses" (poder puro, al fin y al cabo). En estos casos (lo siento) el tamaño... si que importa.
Lluis