martes, 10 de enero de 2012

Rajoy existe


Sí, señor. Lo vi el día 6 por la tele, con motivo de la celebración de la Pascua militar, vestido de pingüino y rodeado de generalazos cargados de medallas. Lo comento porque, desde que juró el cargo de presidente del gobierno, nadie le había visto el pelo. Y después del día 6, tampoco. La verdad, empezaba a creer que todo había sido un sueño y que Rajoy no había ganado las elecciones. Claro. ¡Cómo iba a ganar Rajoy las elecciones! ¡Vamos, hombre!

Pero no. Lo cierto es que sí ganó las elecciones. Y empieza a parecerse demasiado a sus antecesores.

Ya tuvimos de presidente a Zapatero, que era puro escaparate. Recuerdo que cogió una pataleta tremenda cuando España no fue invitada a una reunión del G-20 ó el G-8 o algo así y que no se le pasó hasta que su amigo Sarkozy le consiguió un asiento a modo de convidado de piedra. Así, Zapatero pudo dejarse ver entre las mujeres y los hombres más poderosos del planeta, pero no pudo decir Esta boca es mía. Estuvo allí, sentado. Eso fue todo.

Y eso que ya habíamos tenido bastante con el otro, el ínclito Aznar, a quien también le iba el rollo de dejarse ver en compañías poderosas y que, aparte de la famosa foto de las Azores, protagonizó aquel patético empeño en comprar, con dinero público, una medalla al gobierno yanqui para colgársela en la pechera. No llegó a hacerlo, pero le fue de un pelo.

O sea que ahora asusta un poco que Rajoy solo se haya dejado ver en semejante ceremonia desde que es presidente. Porque, además, su caso es aún más enfermizo que el de sus predecesores en el cargo: se esconde durante los primeros quince días de su gobierno, se hace la foto con los generalazos y después vuelve a esconderse. Los otros, al menos, seguían dejándose ver después de haber hecho el ridículo.

Pero existe, que ya es algo. Tenemos presidente. Ya he dicho que lo vi por la tele. Un tanto esquinado en la fotografía, como tímido ante tanta medalla, pero estaba.

(La foto está extraída de europapress)

No hay comentarios: