sábado, 26 de noviembre de 2011

La mafia y otros angelitos


Ayer, vuelta a empezar: el periódico daba la noticia de una nueva matanza de los narcos en México. A veces es a la inversa y son los militares quienes acaban con un grupo de narcos armados hasta los dientes. El resultado, a fin de cuentas, es muy parecido. Hay muertos por todas partes y casi cualquier día. Dice Roberto Saviano, en su ya famoso libro titulado Gomorra, que la Camorra napolitana es mucho más sangrienta que la Mafia italiana, pero que esta se ha visto beneficiada al menos, en lo tocante a su publicidad por las películas de Hollywood y la Camorra no. Seguramente tiene razón. Porque no sé si es a raíz de la publicación del libro o es porque a Hollywood dejó de interesarle la Mafia como producto comercial, pero de unos años a esta parte se habla, y mucho, de la Camorra y apenas de nada de la Mafia. La Camorra parece hoy más peligrosa, no hay duda.

Pero Hollywood ha olvidado a otro grupo, mucho más terrible, que está actuando en el día de hoy a pleno rendimiento. Nadie se atreve a escribir de él. Y muy pocos reporteros se acercan a hablar con ese que dice que no sabe nada. Me refiero a los narcos de México, auténtico ejército de delincuentes, sin ideales ni romanticismo.

Por su brutalidad, los narcos desbancan a la Mafia y a la Camorra. Hacen unos túneles estrechos y largos bajo el muro que separa a los Estados Unidos de Norteamérica de los de México y al que hable, palo y sin preguntar. Por ahí pasarán muchos kilos de droga. Tal vez los que usen para despistar mientras unos submarinos caseros pasan por mar la carga dura, la auténtica. ¿Tan fácil es construir un submarino? ¿Tan fácil es hacer un túnel de dos kilómetros para que pasen toneladas de drogas? Creo que no. Y creo que, entonces, debería ser muy fácil capturar a los responsables. Pero ya se sabe que en estos sitios fronterizos pasan cosas raras y que es mejor no meter baza para no recibir un par de tiros.

De todos modos, es sencillo imaginar que los magnates de estos asuntos vivan a cuerpo de rey en unas fincas tremendas, más que lujosas e infranqueables, vigiladas en todo momento por gente armada. Y en el interior de las casas, es aún más fácil imaginar las tremendas comodidades, lo último en diseño, las mejores marcas de vinos. Dice Saviano que eso, en lo que respecta a la Camorra, no es así ni mucho menos. Los jefes de clan sobreviven en oscuros subterráneos que imitan pisos lujosos, pero donde no entra jamás la luz del sol, por ejemplo. Su futuro, casi inmediato, es la celda de una cárcel de donde no saldrán en muchos años. Quizás pase lo mismo con los jefes narcos, no sé. En cualquier caso, estoy seguro de que a los guionistas de Hollywood se les fue la mano con la ambientación de las mansiones de los mafiosos.

Las cosas no son siempre como nos las cuentan. Y por eso Saviano, amenazado de muerte por la Camorra desde hace ya varios años, sigue vivo. Y creo que quiere seguir escribiendo. En esta ocasión sobre la N’dranguetta, el grupo que opera en la otra parte de la bota italiana. La verdad, me gusta cómo escribe Saviano y me atraen los asuntos sobre los que escribe. Esperemos que sepa seguir burlando a camorristas y demás delincuentes para que podamos enterarnos de qué se oculta bajo el suelo que pisamos.

(La foto de arriba, de un arsenal incautado a los narcos mexicanos está extraída de accion.lamula)

1 comentario:

kybalion dijo...

,,,y resulta que a algun Yanky,puesto hasta arriba de algun producto mexicano-seguro que muy bueno-se le ocurrio la brillante idea de introducir una ingenta cantidad de armas-fabricadas en EEUU-y hacer un seguimiento de las mismas.Se le paso el pueston y ahora las armas no aparecen,solo aparecen sus resultados,matandose como bestias....