Como sabe todo el mundo, Grecia está en números rojos y necesita, nada más y nada menos, ciento treinta mil millones de euros para salir de la crisis. Voy a repetir la cantidad: ciento treinta mil millones. Al parecer, Europa va a pasarle la pasta por aquello de la solidaridad y para que no se hunda el grupo del euro. Y me parece razonable. Ahora bien, uno se pregunta inocentemente: ¿Nadie sabía nada de eso hace un mes? ¿Cómo han podido llegar las cosas tan lejos? ¿Pretenden decirme que se creó todo un organismo económico supranacional como es la Europa del euro y no se dispuso ninguna medida de control, que no hay inspectores, que la política al respecto, una vez creado el grupo, se basa en Allá te las compongas?
En lo que respecta a España, vamos a prestar a los griegos una cantidad superior a los tres mil millones de euros. El gobierno dice que al cinco por ciento, aunque los españoles del montón sospechamos que va a ser a fondo perdido. Y aun así, me parece bien que ayudemos a quien esté peor que nosotros. Pero parece una burla que, contando con cuatro millones seiscientos mil españoles en el paro, podamos “prestar” una cantidad que a mí, por lo menos, me parece astronómica. Por otra parte, y supongo que para compensar el efecto de la crisis (de la nuestra, claro), el gobierno español ha decidido eliminar 32 altos cargos para ahorrar, así, dieciséis millones de euros. Caramba. Ahorramos dieciséis y damos más de tres mil millones. Esto ya no parece una burla: lo es. Porque, además, sabemos por experiencia que los políticos que tienen “altos cargos” no desaparecen de escena jamás. Siempre siguen cobrando. De un modo u otro aparecen de nuevo, al cabo de un tiempo, como directores del Departamento para la exportación de la remolacha o como adjuntos a la dirección de cualquier otro cargo recién inventado. Así sucedió con Almunia, por ejemplo, a quien creíamos dedicado a sus labores desde hace años y que misteriosamente ha vuelto a aparecer como jefe de no sé qué departamento del gobierno español en Europa. O con el increíble caso del aún más increíble Carod-Rovira, que dimitió como vicepresidente del gobierno catalán por haberse entrevistado con un jefe de la ETA y que, a pesar de perder el cargo de vicepresidente… continúa siendo vicepresidente. En fin, que seguimos en las mismas, que esto no lo cambia ni la Virgen santísima y que esperemos que llegue el verano. Porque otra cosa no podemos esperar.
(La foto está extraída de expreso.com)
1 comentario:
que sí que sí ...
que como lo pagamos quienes pagamos los impuestos, pues parece como que les duele menos a los politicuchos.
además, son 3 mil y pico millones, cada año durante 3 años !!!
casi 10.000 millones de leuros !!!
para que quien tiene dificultad con los números "gordos" se empape bien, son 1 billón 663 mil 860 millones de las antigua "pelas" !!!!
Una pasada vamos !!!
Zapateeeroo, ra, ra, ra !!
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