Recientemente un niño ha podido salvar la vida gracias al fruto de la investigación con células madre. Estaba condenado a muerte, por así decirlo, y la ciencia ha llegado en su ayuda con los últimos adelantos. Eso ha sido posible gracias a la independencia moral de la ciencia y a que los políticos no se dejan influir del todo por el Vaticano, totalmente opuesto a esta clase de investigación. No sé cómo no se enteran de que, ante la enfermedad, vale todo. Recientemente también, el presidente Obama ha levantado las restricciones al uso de fondos federales para investigar con células madre y los curas se han enfadado, claro. O sea que propongo una cosa. Del mismo modo que los creyentes de cierta confesión religiosa no permiten que se les hagan transfusiones de sangre, los católicos podrían negarse a ser curados mediante cualquier método que tenga que ver con las células madre. Por mí no habría inconveniente. Pero que nos dejen en paz a los demás de una vez.
domingo, 15 de marzo de 2009
en 13:04
Etiquetas: El pasado está presente, Estados Unidos, La Ciencia, Religión
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6 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Sólo objeto una cosa: los católicos estúpidos que se opongan, los que no lo sean podrían salvar la vida de sus hijos mediante esta técnica.
Saludos.
Por mi perfecto. Lo que ocurre que es muy facil criticar, cuando uno no esta en una situacion como esa, ya veriamos que pasaria si fuese algun familiar.
Yo como Moncho, los catoliestúpidos que se nieguen, al resto que los dejen en paz estos de la conferencia episcopal.
Qué tal un estudio sobre las células madre que puedan curar la catolicitis?
Olvídalo Fernando, hay cosas que son incurables...
hostias!
buena idea César!
Podríamos organizar una recogida de firmas para presentar una proposición de ley por demanda popular a "nuestros" políticos !
No sé, no sé, ... me da que no saldría bien.
Un abrazo.
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