Mientras en el Cuerno de África hay un millón de personas al borde de la muerte por hambre (nada menos que por hambre), el Santo Padre se dedica a hacer turismo y va a venir a España, en su avión privado, con toda la troupe de buitres que viaja con él. El merchandising es formidable. Van a vender de todo: vasos del Papa, bolígrafos del Papa, castañuelas del Papa… Pero, entre todo lo vendible, hay un objeto que ha atraído poderosamente mi atención. Se trata de un rollo de papel higiénico. Sí, sí: papel higiénico del de siempre, del que se usa para limpiarse uno el culo, pero con una pinceladita especial, una nadería, un detalle: lleva los colores de la bandera del Vaticano, blanco y amarillo. La idea me parece estupenda. Desde luego, si encuentro el producto en alguna tienda, no dudaré en comprarme una caja. Solo veo un defecto a este asunto. Y es que, ya puestos, podían haber fabricado rollos de papel higiénico con los colores de todas las banderas del mundo. Es donde deberían estar.
(La imagen está extraída de pilingui)
3 comentarios:
Hermano, si las encuentras, mándame un rollo de cada. El laxante corre de mi cuenta...
No entiendo porque tenemos que financiar y promover un turismo religioso cuando la mayoria de la población es laica. La población civil no tiene ninguna autoridad frente a la Iglesia.
Durante la visita del papa han prohibido los anuncios de preservativos en los autobuses de Barcelona, y digo yo: ¿podemos hacer el amor durante la visita del papa?
En este mundo traidor de cagar nadie se escapa, caga el pobre, caga el rico, caga el obispo y el Papa.
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