La mayor parte de los políticos están de acuerdo con la nueva ley de la jubilación. Sin embargo, entre el 65 y el 90% de los ciudadanos, según una u otra encuesta, la rechaza absolutamente por considerarla un nuevo recorte a los derechos sociales. ¿Tan lejos están nuestros políticos de nosotros? Pues sí. Resulta que, cuando a Rajoy se le pregunta por su programa para crear empleo, echa un vistazo a sus apuntes y reconoce no entender su propia letra. Madre mía. ¿Este sujeto pretende gobernar un país? No solo no tiene ni idea de cuál es su programa, sino que ni siquiera entiende su propia letra. La verdad, ya no me extraña nada que los dirigentes de los sindicatos CC.OO. y UGT, tan de izquierdas según ellos, hayan firmado la nueva ley de la jubilación. Cómo se nota quién les paga el sueldo.
1 comentario:
En una sociedad con un paro juvenil del 40%, una edad media de primera maternidad de 31 años, de una incorporación de la mujer al trabajo entre los 30 y 35, con una jubilación a los 65 y una esperanza de vida cercana a los 90, una cotización necesaria de 38 años y una bolsa para la jubilación que depende de un mercado de trabajo con casi cinco millones de parados, cuyo sueldo además quieren ligar a la productividad, con todo esto, amigo César, la situación de los futuros jubilados será ciertamente penosa. Salvo la de los que se hayan dedicado a la política o a la banca.
La duda que me queda es donde radica la razón para que los sindicatos hayan firmado tal acuerdo.
Por otro lado, si los salarios se deben de ajustar a la productividad, es decir, a la riqueza que se genera –cuyos beneficiarios son mayoritariamente las empresas y el capital- ¿porqué no encontramos la manera de relacionar la jubilación a la productividad, es decir, a la riqueza generada por el trabajo? O sea, vía impuestos. Pero esta pregunta no se la hago, César, porque la última vez que lo planteé lo más bonito que se me llamó fue comunista.
Un saludo.
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