Sí señor. Se aproxima la huelga general y los políticos y los banqueros tiemblan de miedo. Los líderes sindicales, a sueldo del Estado, han convocado una terrible huelga general para el próximo día 29.
Aunque sé que algunos amigos estarán en desacuerdo conmigo, insisto en que la huelga es un arma del pasado que actualmente no sirve para nada. Bueno, sí. Mi madre tenía que hacer un viaje el día 29 y, como no tiene coche ni avioneta privada, ha tenido que posponer la fecha porque no van a funcionar los trenes de larga distancia. Pero todos sabemos que mi madre es la culpable de la crisis de Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y Japón y que, por lo tanto, le está bien empleado.
O sea que está claro: siempre pagan los mismos. A ver cuándo se enteran en los sindicatos de que las únicas huelgas que hacen daño a los de arriba son las de los guardaespaldas, los traficantes de cocaína y las criadas filipinas.
(El chiste es de Forges, claro)
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