Los que hacen las leyes en nuestro país están actuando de un modo, cuando menos, sorprendente. No legislan según el concepto que puedan tener de la moral o la justicia, sino según lo que vaya pasando. Sí, ellos, que acusaban a los otros de improvisadores cuando las cosas estaban al revés y eran los otros quienes mandaban y ellos estaban en la oposición. Para tomar decisiones, nuestro gobierno actual (o sea, ellos) mira y remira vídeos y fotografías, observa lo que hacen los “malos” y entonces crea la ley. Por ejemplo, viendo que es complicado actuar contra la resistencia pasiva, muy utilizada por los pacifistas, los del 15-M y demás jipis, van a elevar a ésta a la categoría de delito y, así, será delincuente quien se siente en el suelo cuando cargue la policía. Era una medida que había que tomar con urgencia, sí señor: convertir en delincuente a quien no quiera tortazos.
Otra medida turulata de estos últimos días es multar con el 25% del importe los pagos en metálico que superen los 2.500 euros. ¡Cuánta sabiduría, mi madre! Pretenden luchar contra el dinero negro y, como mucho, van a conseguir que se fraccionen los pagos. En lugar de hacer un pago de 3.000 euros de golpe, lo haré en dos tandas y tan contentos. Pero es que, por otra parte, piensan sancionar con el 10% a los defraudadores, a los que oculten grandes cantidades o traten de llevárselas al extranjero. Es decir: multarán con el 25% al que tenga 3.000 euros y con el 10% a quien tenga un millón.
Pero la medida más alucinante es la que premia al delator de los defraudadores. Eso es convertir a los ciudadanos en soplones; y al país, en un Estado policial más propio de las novelas de Ciencia Ficción que de la Europa actual. Es increíble. Pero además se dará el caso de que los que acusaban a los socialistas de dividir España en un puñado de autonomías (o sea, ellos) pretenden ahora que delatemos al vecino, dividiendo España en barrios o incluso en comunidades de vecinos. Los otros lo hicieron mal, desde luego; pero ellos están llevándose la palma del ridículo en solo cien días.
Lo peor de todo es que siempre están ellos o los otros en el poder y que, según dicen los partidarios de ellos o de los otros, no hay alternativa. ¿Cómo que no hay alternativa? Lo mismo decía Franco de sí mismo; o sea, él. ¿Seguro que no hay alternativa? ¿Seguro que solo podemos elegir entre ellos o los otros? A la mierda, hombre.
sábado, 14 de abril de 2012
Las últimas medidas turulatas del gobierno
(La imagen está extraída de anuariojolyandalucia)
en 17:50
Etiquetas: Leyes y normas, Política
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