LOS VAMPIROS ESTÁN ENTRE NOSOTROS

Aunque a primera vista parezca una contradicción, me gusta definirme como un ser social aunque ferozmente individualista. No se trata de conceptos contrapuestos. Pueden existir grupos humanos que, al margen de su característica grupal y por encima de todo, respeten la individualidad de sus componentes. No es lo habitual, ya lo sé. Por lo general, el grupo anula a la persona y todo aquel que no comulgue a pies juntillas con lo que diga la comunidad es despedido, injuriado, exiliado, vilipendiado, olvidado o incluso ejecutado. Pero en algunas ocasiones no es así y la persona cuenta.
Así pues, nunca he comprendido las razones que tiene la gente para asociarse. No lo entiendo. Hay quien dice que es por debilidad, por defecto de personalidad o cosas por el estilo. Ni idea. Pero es cierto que la gente se agrupa en torno a un interés y luego pretende que todos los demás también nos apuntemos al carro. La verdad es que me molesta ese pretendido monopolio de la verdad. Aunque ya digo: no me fascinan los grupos de personas. Y, a veces, los de objetos tampoco.
En cualquier caso, en este mundo hay asociaciones de todo género. Desde mi punto de vista hay muchas más de las que se necesitan, pero allá cada cual con lo suyo. Hay asociaciones de vecinos, de embarazadas, de gilipollas, de amigos de los mandriles y de todo cuanto podamos imaginar. He buscado asociaciones en Internet y las he encontrado a patadas. No obstante, la que más me ha atraído sin lugar a dudas es
Eso es verdad. Tanto en Europa como en Iberoamérica hay un vacío tremendo en lo referente al estudio sobre el vampirismo. Vamos, me atrevería a decir que incluso en Oceanía existe un vacío parecido. ¿O alguien conoce algún estudio neozelandés sobre los vampiros? No debe extrañar, entonces, que un grupo de personas inquietas y sensibilizadas con la cuestión dedique sus esfuerzos a semejante actividad.
De modo que, ya puestos, he buscado en Internet si existe una Asociación de amigos del Hombre-Lobo o del Monstruo de Frankenstein, pero parece ser que no tienen página web. Sin embargo, el vacío que existe en el Cuerno de África sobre el Hombre-Lobo y el Monstruo de Frankenstein bien merece un hueco en el hiperespacio. Creo que voy a abrir una lista de firmas para elevar una queja al Ministerio correspondiente.
(En la foto de arriba,